En el reportaje titulado ‘El hongo come plástico, posible solución ambiental’, la científica Alexandra Narváez, de la Pontificia Universidad Católica de Quito (PUCE), mencionó que los procesos de investigación de la especie estaban a la espera de un permiso de acceso para usar los recursos genéticos y que este era expedido por el Ministerio de Ambiente (MAE).

Mediante una carta enviada a este diario, el MAE explica cómo funciona el proceso de recursos genéticos en el país. De acuerdo a la autoridad ambiental competente, el estudio de la solicitud es un proceso técnico-científico y legal que demanda varios pasos complementarios.

“El proceso de análisis se realiza con un comité interinstitucional conformado por varias entidades evaluadoras que coordinan permanentemente con el Ministerio del Ambiente, entidad rectora en el tema”, explica la carta del MAE.

La cartera de Estado enfatiza que “no es el responsable absoluto de los tiempos que se han tomado para iniciar el proceso de negociación y posterior firma del contrato de acceso a recursos genéticos” con la PUCE y la Universidad de Yale, instituto que también investiga la especie devoradora de poliuretano.

Desde octubre de 2011, que se expidió el Reglamento sobre el acceso a recursos genéticos se han realizado 20 talleres, foros, conferencias a nivel nacional e internacional, con la finalidad de dar a conocer los procesos de legalización de los bienes genéticos en el país.

El MAE posee hasta el momento 16 solicitudes de acceso de las universidades nacionales, entre estas la PUCE. Los principales temas son la diversidad de hongos endófitos en el Parque Nacional Yasuní.

Se recalca que este es un proceso nuevo para el país, “que ha demandado al MAE junto con otras instituciones identificar y desarrollar instrumentos técnico-jurídicos y formatos de evaluación que permitan la correcta y eficiente aplicación de esta normativa en el campo investigativo para expertos nacionales como extranjeros, lo que ha demandado un período de ejecución mayor a lo previsto”.