El chigualo manabita es una celebración navideña de este grupo poblacional
Los rodeos y amorfinos: parte del alma montuvia en Ecuador
El pueblo montuvio es trabajador, recio, no se amedrenta con las dificultades y enfrenta el duro día a día del trabajo en el campo, bajo el calor y la humedad de la Costa ecuatoriana. Pero no todo es trabajo: también sabe disponer del tiempo necesario para divertirse.
En esa diversión tiene un lugar importante el genio poético de la improvisación, que crea el famoso amorfino, una forma poética de diálogo y respuesta. Es un diálogo musical, como los de los payadores del Cono Sur o el de los raperos. Pero hay espacio para más, el músculo se fortalece también.
La población que reconoce su pertenencia al pueblo montuvio, según los datos del censo de población y vivienda realizado en 2010 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), tiene casi un millón de habitantes, distribuidos entre las provincias de Guayas, Los Ríos, Manabí y El Oro. Es, sin duda, una fuerza muy importante en el desarrollo del país, especialmente en la producción de alimentos, como banano, caña de azúcar, maíz seco duro, café, cacao y arroz.
Los juegos populares y tradicionales tienen gran arraigo en el pueblo montuvio. Se parecen a la gente y a su entorno geográfico y, aunque se asemejen, los juegos en la Sierra no son idénticos a los de la Costa. Más allá de sus cualidades, son un componente importante de identidad. Entre los montuvios, la competencia deportiva refleja parte de su esencia: “Vivir en medio del monte, hacer lo que nos gusta sin ver el qué dirán”, como sentenciaba un abuelo en Daule.
Además de los combates poéticos de los amorfinos, los montuvios son aficionados a los juegos de cartas y a las adivinanzas. También ejercitan su cuerpo: los tradicionales y preferidos, son la caña o palo ensebado y la carrera de las cintas. Además, tienen su propia forma de rodeo, donde los montuvios demuestran sus habilidades en el manejo del ganado o de la propia cabalgadura. Cuando el clima obliga, existe gran variedad de juegos de salón. Pasar una prenda en el juego conocido como ‘sortija’ es a veces una forma de enviar mensajes secretos o al menos sutiles a otra persona.
Los niños y niñas, en grupos ruidosos y sin diferencias de género, dedican sus horas libres a juegos como la rayuela, las carreras de sacos, los cantos y las danzas. No faltan los trompos, donde exhiben sus habilidades los competidores.
La modernidad ha traído otras variedades lúdicas. El fútbol, el baloncesto y otros deportes se han incorporado a las prácticas de este grupo social. (F)
Datos
En el libro ‘Los montuvios, etnia sociocultural invisibilizada’, del autor Willington Paredes, se explica el significado de la palabra montuvia.
Cecilia Castro, habitante del recinto Pijuyo, ubicado en Los Ríos, aclara lo siguiente: “Campesina es cualquier mujer habitante del campo, pero cualquier mujer del campo no es montuvia”.
Duma Mora, de Río Caña: “La palabra montuvio está vinculada con el monte, el agua y el campo. Soy las tres cosas”. Gastón Flores de Baba dice: “Somos lo que vivimos y sentimos, lo que la tierra nos dice”.
Karen Adriana Gallardo León, parroquia Juan Bautista Aguirre, en Daule: “Según lo que mi abuelo me enseñó, es vivir en medio del monte, hacer lo que nos gusta sin ver el qué dirán”.