Los niños y las mujeres embarazadas son los grupos poblacionales con mayor incidencia de casos
Los parásitos ponen en riesgo la salud del 10% de la población mundial
Descubrir que de su estómago había salido una especie de lombriz no fue nada agradable para Karen cuando tenía 11 años. La joven que ahora tiene 28 años descubrió que en su organismo habitaba una Taenia solium, también conocida como la tenia del cerdo.
Este parásito puede ‘convivir’ con la persona durante largas temporadas sin causar ningún tipo de molestia y surge luego de comer carne de cerdo cruda o mal cocida. Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), este microorganismo se encuentra entre los 10 principales que se transmiten a través de los alimentos (ver infografía).
La nutricionista Gloria Gallegos, del Hospital de Especialidades Abel Gilbert Pontón, señaló que la mayoría de los parásitos es producida por el hombre, como en el caso de la Taenia solium, cuyo ciclo parte en las heces del ser humano que van a la tierra; el cerdo de alimenta de varios desechos -incluidos excrementos-, la carne del animal luego es procesada y posteriormente ingerida por el hombre.
“Los humanos pueden actuar como huéspedes intermediarios porque los parásitos llegan al estómago donde se liberan los embriones, luego atraviesan la pared intestinal y llegan a los músculos, órganos internos, cerebro o bajo de la piel del hombre, en donde se forman quistes que son parte de la reacción de los tejidos”, explicó Gallegos.
La especialista agregó que cuando suceden estos cuadros de parasitosis, en ocasiones se producen convulsiones.
La OrganizaciónMundial de la Salud (OMS) alerta que la transmisión de parásitos a través de los alimentos pone a más de un 10% de la población del mundo en riesgo y actualmente afecta a más de 40 millones de personas.
Los alimentos que tienen origen en el agua, como pescados, moluscos, crustáceos y plantas acuáticas, son más proclives a ser focos de transmisión de parásitos, según la entidad.
¿El principal grupo afectado? Los niños. Por ejemplo, el Cryptosporidium spp pone en riesgo la salud de menores con VIH, porque produce deshidratación debido a la diarrea que causa.
Otra enfermedad de origen parasitario es la neurocisticercosis, en la que cientos de pequeños ‘gusanos’ se alojan en el cerebro. Son parásitos que ingresan al cuerpo por el consumo de carne cruda de cerdo.
En tanto que el Toxoplasma gondii, también común en Ecuador, se evidencia en mayor porcentaje en las embarazadas por manipular carne o tierra, según indicó la nutricionista Gallegos.
En cambio, la Entamoeba histolytica, la más común entre adultos y jóvenes en el país, se transmite en alimentos consumidos en la calle y que fueron lavados con agua no potabilizada.
Para el médico clínico intensivista Carlos Mawyín, del hospital Teodoro Maldonado Carbo, de Guayaquil, otro factor de contaminación es la preparación de comida con las manos sucias, especialmente luego de usar el baño.
¿Es posible prevenir los parásitos?
Prevenir enfermedades parasitarias tiene una fórmula simple: manos limpias es igual a mejor salud. Gallegos también sugiere usar varios cuchillos y tablas de picar para los distintos alimentos.
Además, recomienda utilizar los medios de conservación adecuados, como la refrigeración de los alimentos perecibles y hervir las carnes a temperaturas altas para que lleguen a eliminarse los parásitos.
Otro consejo es seleccionar alimentos en buen estado y asegurarse de que el agua potable llegue correctamente tratada al hogar.
Sobre los platos que se consumen en la calle, es vital verificar que no queden expuestos al aire libre por tiempo prolongado. “Generalmente la venta de encebollados es por la mañana, pero luego de 4 horas de exposición, si no se mantiene una temperatura adecuada, puede haber contaminación”, indicó la nutricionista.
El informe conjunto de FAO/OMS ‘Clasificación multicriterio para la gestión de riesgos de los parásitos transmitidos por los alimentos’ está basado en el daño que producen los parásitos. Estos organismos han llegado a la categoría de ‘problema grave de salud pública mundial’. Es así que la Comisión del Códex Alimentarius (Códice) sobre Higiene de los Alimentos está desarrollando nuevas directrices para el control de los parásitos.
Las normas apuntan a que en el comercio mundial se controle la presencia de parásitos a lo largo de la cadena alimentaria. “Obviamente, esta lista de los 10 más importantes es una perspectiva global de carácter general y no refleja necesariamente la clasificación de los parásitos a nivel nacional, donde cada país podrá tener información más precisa”, señaló Renata Clarke, responsable de la Unidad de Inocuidad y Calidad de los Alimentos de la FAO.
En Ecuador, desde septiembre de 2013 el Inspi (Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública) trabaja en un mapeo nacional para concluir cuáles son las zonas más vulnerables a los parásitos.
El Inspi presentó también el Programa Nacional para el Abordaje Multidisciplinario de las Parasitosis Desatendidas en el país. Este estudio valoró 20 lugares y unas 20.000 muestras.
Entre las primeras conclusiones está que al menos el 80% de las personas de zonas rurales sufre molestias por parásitos, debido a las malas condiciones sanitarias y falta de servicios básicos.