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El Telégrafo
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Nicaragua y venezuela no han presentado sus índices de reducción de gases contaminantes

Los ministros de 195 países toman la posta para negociar un acuerdo vinculante contra el cambio climático

La capital china, Pekín, está en alerta debido a los altos índices de contaminación del aire, lo que ha obligado a reducir las actividades y a que las personas lleven mascarillas. Foto AFP
La capital china, Pekín, está en alerta debido a los altos índices de contaminación del aire, lo que ha obligado a reducir las actividades y a que las personas lleven mascarillas. Foto AFP
02 de diciembre de 2015 - 00:00 - Agencias y redacción

Los representantes de 195 países entraron de lleno en la negociación de un acuerdo de lucha contra el cambio climático, con un borrador plagado de obstáculos y forcejeos entre países ricos y en vías de desarrollo. “Es un imperativo económico y de seguridad que tenemos que afrontar ahora”, insistió el presidente estadounidense Barack Obama antes de abandonar París.

Él y otros 150 mandatarios del planeta hicieron historia el lunes al inaugurar esta 21ª conferencia sobre el clima de la ONU (COP21).

Las 195 representaciones tienen oficialmente hasta el viernes 11 de diciembre para alcanzar un acuerdo. “Pido a las delegaciones hacer gala de creatividad y flexibilidad”, declaró el canciller francés Laurent Fabius, que preside las negociaciones en Le Bourget, en las afueras de París.

Para que la lucha contra el calentamiento del planeta tenga éxito -advierten los científicos- el texto de París debe contener compromisos vinculantes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y de transición energética, de fuentes de energía fósiles a renovables, de aquí a mediados de siglo.

Los objetivos deben ser claros y verificables, los países ricos deben estar dispuestos a transferir dinero y tecnología a los países en vías de desarrollo, y todos tienen que estar dispuestos a aceptar métodos de control mutuo. Estos son los puntos que se discuten ahora de lleno en la capital francesa.

Además, queda pendiente definir qué partes de este acuerdo, que debe ser aceptado unánimemente por todos los participantes, son jurídicamente vinculantes, un tema que puede hacer naufragar todo el intento. “Les invito a enfrentar los desafíos, con optimismo y disposición de compromiso”, dijo Fabius.

Las negociaciones han arrancado bien, opinó el presidente francés, François Hollande, que prometió $ 2.000 millones de su país para ayudar a África a hallar fuentes de energía alternativas.

Pero el dilema de los negociadores en torno al texto, de 54 páginas, es muy difícil. “O cargamos la barca y se hunde, o la aligeramos y no va a ningún lado”, reconoció Hollande.

Los 2 países que dirigen día a día las negociaciones, Argelia y Estados Unidos, impusieron un ritmo de trabajo fuerte, para que Fabius disponga de un texto encima de la mesa este sábado a más tardar.

Luego el documento pasará a los ministros, del lunes 7 al viernes 11, cuando oficialmente deben cerrarse las negociaciones. “Ya no hay tiempo de reformular las posiciones”, enfatizó el estadounidense Daniel Reifsnyder, uno de los corresponsables de las discusiones. Tras los fracasos de otras cumbres como Copenhague y Varsovia, hoy las esperanzas están en París.

Antes en 1997 con el Protocolo de Kyoto ya se preparó un gran plan para salvar al mundo, pero falló en especial porque el Senado de EE.UU. se rehusó a firmarlo. Luego China e India siguieron el ‘ejemplo’ y se negaron a reducir sus emisiones de CO2 provocando el calentamiento actual.

Nicaragua rechaza presentar compromisos

En total, 183 países han anunciado planes para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (INDC), responsables del aumento de la temperatura del planeta. Nicaragua rechazó unirse a esta lista, porque considera que la culpa del problema es de los países desarrollados. “No vamos a presentar INDC porque sería matar el concepto de responsabilidades históricas y reemplazarlo con el de responsabilidades voluntarias”, explicó el ministro para Políticas Nacionales de Nicaragua, Paul Oquist.

Esos INDC o planes de reducción de emisiones son los pilares esenciales para lograr que la temperatura mundial no suba más allá de 2ºC de aquí a finales de siglo, y fueron pactados arduamente en 2011.

Venezuela es otro de los países que no ha presentado su INDC. Su presidente, Nicolás Maduro, no asistió a la reunión de 150 mandatarios del lunes, ni tampoco habló ningún representante de Caracas.

Perú, que presidió las negociaciones hasta esta semana, se mostró confiado en el sistema actual. “Se dejó al mundo la posibilidad de presentar las contribuciones nacionales de manera tal que se pudiese crear un clima de confianza”, declaró el ministro del Medio Ambiente peruano, Manuel Pulgar.

¿Por qué 2°C?

La comunidad internacional acordó en 2009 limitar a +2°C el aumento de la temperatura mundial en relación a la era preindustrial con el objetivo de evitar graves consecuencias para el planeta.

Pero algunos países consideran que este objetivo no es suficiente y en noviembre, en Manila, 43 países especialmente vulnerables pidieron limitarlo a +1,5º. Esta cuestión es uno de los temas de debate.

En junio, un informe de la ONU recordó que el objetivo de 2ºC no significa que el planeta esté a salvo y que un nivel de seguridad sería más bien limitar el aumento de temperatura a 1,5°.

Hoy, con un incremento de +1°, ya se sienten los efectos, con sequías, inundaciones y la desaparición de los arrecifes de coral.

Con un alza de +2°, el cambio climático afectará sobre todo el nivel de los océanos y a su acidificación, un fenómeno que para islas como Tuvalu o Kiribati, en Oceanía, es una cuestión de supervivencia.

Si la temperatura sube a +4º, ciudades como Shanghái, Bombay o Nueva York quedarán parcialmente sumergidas, lo que afectaría a 600 millones de personas. (I)

Ecuador adoptará el 90% de energía renovable

Ecuador es uno de los 47 países que cuentan con un pabellón en el salón de convenciones de la Cumbre Climática COP21 de París. En el lugar se expone la postura nacional con respecto a los derechos de la naturaleza y los esfuerzos por conciliar el desarrollo y la conservación. El propio presidente Rafael Correa, en su discurso en la convención, dijo que “la conservación para ser sostenible debe pasar por resolver la pobreza”.

El país hoy es un ejemplo global, no solo porque la Constitución reconoce los derechos de la naturaleza, sino también porque el próximo año contará con casi el 90% de energía renovable (en este caso de las hidroeléctricas); además, habrá un ahorro considerable de los subsidios a los combustibles fósiles.

“El alto costo de acceso a las tecnologías que mitiguen el cambio climático provoca el deterioro de las condiciones del planeta”, dijo el Presidente en su intervención. De allí que la propuesta del país en la cumbre es insistir en las emisiones netas evitadas.

La iniciativa propone una compensación de los países más ricos y contaminantes a los más pobres, para que puedan adoptar herramientas tecnológicas que mitiguen el cambio climático.

En el plan presentado a la COP21, el país indica que, para lograr los objetivos de adaptación al cambio climático, se establece como meta fortalecer la capacidad adaptativa de al menos 50% de los cantones más vulnerables del territorio nacional, establecer sistemas de alerta temprana y gestión de riesgo en todos los órdenes de gobierno y alcanzar una tasa cero de deforestación.

Concretamente, a través del Programa Nacional de Restauración Forestal, se prevé restaurar 500.000 hectáreas de bosque adicionales hasta 2017 e incrementar este valor en 100.000 hectáreas por año hasta 2025, contrarrestando la deforestación.

Según el inventario nacional de GEI (gases de efecto invernadero) para los sectores del IPCC en 2010, Ecuador emitió 71,8 millones toneladas de CO2., las cuales son relativamente bajas al ser comparadas con las emisiones mundiales que ascienden a 49.000 millones de toneladas de CO2. para el año analizado, lo que representa el 0,15% de emisiones mundiales. Las metas de Ecuador son ambiciosas y dignas de resaltar, como destacó el embajador de la COP21, Jean Mendelson. (I)

DATOS

Fijar el aumento de la temperatura en 2°C es el resultado de un compromiso político alcanzado en 2009 en Copenhague. En 2007, la UE fue la primera en fijar sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero en función de este objetivo de +2°C, tras un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

Si la temperatura aumenta más de 2ºC, los científicos prevén efectos irreversibles, con fenómenos extremos frecuentes (ciclones, sequías, etc.), la disminución de la productividad agrícola o la extinción de especies.

Si sube +2°, el nivel del mar aumentará 40 cm antes de 2100, pero si aumenta en 4° o 5°, la subida sería de 80 cm e incluso más.

Por eso se considera que limitando el aumento a 2°C el planeta todavía se puede adaptar.

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