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La unión de hecho es considerada el mayor logro de la comunidad
Los GLBTI piden más inclusión social
Las organizaciones y colectivos Gays, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (GLBTI) consideran que hay avances importantes en el reconocimiento de sus derechos, como la unión de hecho. Sin embargo, se muestran preocupadas porque aún no existe una verdadera integración a la sociedad ecuatoriana. “Aunque en la Constitución de 2008 se reconoce el principio de no discriminación por orientación sexual, en la práctica hay una serie de barreras que impiden el acceso de personas GLBTI a los distintos espacios”, comenta Karen Barba, de la Fundación Causana, quien defiende los derechos del grupo lésbico.
La primera encuesta que realizó el INEC a esta población determinó que el 70,9% vivió algún tipo de discriminación en su entorno familiar. “Las formas obvias dentro de la familia están marcadas por la violencia sicológica y las intenciones reparativas de la inclinación sexual; y eso a la vez acarrea otro tipo de problemas, como una emancipación temprana y no siempre en las mejores condiciones”, reiteró Barba. En este aspecto, insistió que la ley que protege la violencia doméstica no es clara sobre el tipo de protección brindada a estos jóvenes que están en situación de dependencia económica en sus hogares.
Otro de los temas en el que creen no hay mayores avances es en la inclusión laboral. “En este campo hay mucho que hacer porque no existe una política real que dé esa prioridad a nuestros grupos. Se ha insistido en temas superficiales como talleres para saber qué necesitamos y eso ya todos los saben; sin embargo en aspectos prácticos no se avanza nada”, dijo Rashel Erazo, presidenta de la Asociación Alfil.
Al respecto Diane Rodríguez, quien preside la Federación Ecuatoriana GLBTI, considera que las poblaciones trans e intersex son las más afectadas. “Siempre estas comunidades tienen menos acceso no solo a temas de educación, trabajo y salud, sino también a los espacios de poder”. Otro tema pendiente es la atención en salud. Según el Ministerio de Salud, en el país existen 104 centros especializados e inclusivos, pero las personas desconocen la ubicación.
“Las guías de prácticas médicas y los modelos de atención no están adaptados de forma inclusiva. Hay una heteronormatividad de las mismas que lo único que hacen es preguntar sexo, estado civil, pero no aspectos más profundos que pueden incluso determinar que un hombre que cree ser heterosexual en realidad es homosexual”, refirió Erazo.
La presidenta de Alfil contó su experiencia personal. “Nosotros como mujeres trans tenemos una anatomía de varón, pero nuestra realidad y apariencia es distinta, pero nos siguen tratando de acuerdo al sexo con el que nacimos”.
La experiencia colombiana
En el vecino país hay significativos avances en cuanto a derechos conquistados por las poblaciones GLBTI. Además del matrimonio igualitario, la Corte Constitucional reconoció la posibilidad de adopción de este tipo de parejas. Sin embargo, las organizaciones ecuatorianas creen que eso aún no es probable en nuestro territorio.
“La Constitución Política del Ecuador mantiene lo que se llama un candado constitucional que impide el casamiento entre parejas del mismo sexo (...) Además el presidente ha indicado que él no está de acuerdo con la adopción en este tipo de parejas. Es una cuestión política que tiene mucha dificultad para avanzar porque no son temas de coyuntura actual”, recalcó Erazo, quien considera que quizás más adelante se pueda abrir un debate social sobre la adopción.
Por su parte la presidenta de la Federación Ecuatoriana GLBTI dijo: “Considero que el reconocimiento de la unión de hecho genera los mismos derechos del matrimonio, pero se requiere, como en Colombia, que haya un caso emblemático que busque la adopción para que sea la Corte Constitucional la que decida. Quizás en 4 o 5 años se pueda abrir el espacio social para ese tema”. (I)