Los becados rechazan la propuesta de eliminar la Senescyt
Antes de la creación de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), en Ecuador se entregaban -durante todo un período presidencial- cerca de 200 becas. Ayer, el titular de la Senescyt, René Ramírez, adjudicó la beca número 20.000 al cuencano Esteban Arévalo, quien cursará sus estudios de cuarto nivel en la Universidad de Manchester, en el Reino Unido.
En su intervención, Arévalo resaltó que los estudiantes beneficiarios no conciben ciertas críticas. Por ejemplo, que la Secretaría hace un gasto inútil o que intenten minimizar y despreciar la labor de esa entidad. “Reducir el programa a una simple asignación de recursos es retroceder. Nuestro verdadero auspiciante es el pueblo ecuatoriano a través de la Senescyt”.
Desde que inició su campaña electoral, el candidato a la presidencia, Guillermo Lasso, propuso cerrar la Senescyt. ¿Su argumento? Otorgar autonomía a la educación superior a través de reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES). Su plan de gobierno indica que al suprimir esa entidad las funciones que esta realiza se reasignarán a otra institución con el fin de dar continuidad a los programas que están en marcha.
En una entrevista realizada en un medio impreso, el equipo de Lasso aseguró que para diciembre de 2016 la Senescyt gastó $ 58 millones y apenas destinó $ 9 millones a becas. Es decir, casi el 85% de la inversión de la entidad se va en el mantenimiento de la institución, no en los programas que son propiamente de educación superior.
Frente a esto, la subsecretaria general de Ciencia, Tecnología e Innovación, Rina Pazos, indicó que el presupuesto anual que maneja la entidad en la que labora es de $ 200 millones. De esta cantidad, $ 150 se invierten en los programas de becas.
“Se ha dicho que con el presupuesto de la burocracia se dará más becas. Parece que no realizaron bien el cálculo, pues con los recursos que se asignan al personal administrativo apenas alcanzaría para entregar 20 becas”.
Ante el anunciado cierre de la Senescyt, si gana Lasso, Pazos dijo que -por ejemplo- 1.800 profesores de institutos técnicos y tecnológicos que dependen administrativamente de esta dependencia “quedarían en el limbo”, más la suspensión de los programas que lleva adelante.
Andrés Santos, representante de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), expresó “que la consigna de Lasso es dejar al pueblo sin posibilidad de superarse a través de los estudios”.
El dirigente estudiantil rechazó el programa de créditos estudiantiles que propone el candidato de la alianza CREO-SUMA, pues considera que afectará a los estudiantes de escasos recursos económicos.
Por su parte, Andrea Vinueza, becada, criticó la propuesta de Lasso. “El candidato dice que se va a eliminar la Senescyt para aumentar créditos educativos; todos estamos conscientes de que la beca no es un crédito educativo, la beca impulsa al ciudadano a terminar sus estudios. Las ayudas están dirigidas a los sectores más vulnerables”.
Pazos sostuvo que eliminar una institución que se enfoca en fomentar el conocimiento, claramente, demuestra que hay una intención de mantener al Ecuador en el subdesarrollo. Ella aclaró que la institución no solo entrega becas, sino que trabaja en toda una política pública de generación de conocimientos.
El acceso a la educación superior en el país creció en 10 años
Actualmente existen más de 260.000 nuevos jóvenes matriculados en universidades. Entre 2006 y 2014 esta cifra subió de 443.509 a 703.806, lo que implica que la tasa bruta de matriculados pasó de 28% al 39% en ese período.
Además, 6 de cada 10 ecuatorianos que están en la universidad son primeras generaciones que acceden al alma mater.
Según las autoridades, se ha conseguido la democratización y mejorado la calidad. Por ejemplo, el porcentaje de profesores con maestría o doctorado creció 20 puntos y el porcentaje de profesores a tiempo completo se ha duplicado.
El examen Ser Bachiller garantiza un cupo universitario
Lasso criticó el examen de ingreso que se aplica para que los jóvenes accedan a la universidad. Su propuesta es eliminarlo y así darle libertad a las universidades para que apliquen sus sistemas de admisión.
En 2010, la LOES dictó la existencia de un mecanismo meritocrático de ingreso a la universidad. Desde marzo de este año se fusionó el Examen Nacional para la Educación Superior (ENES) con el Ser Bachiller. Con esa calificación, los estudiantes obtienen su título de bachiller y acceden a una universidad. El interesado debe obtener una calificación de 601 a 1.000 puntos.
Otro de los cambios es que desde el próximo abril, la Senescyt no centralizará los cupos. Cada estudiante tendrá la libertad de postular a la universidad y a la carrera de su preferencia.
De su lado, Lenín Moreno, candidato de Alianza PAIS indicó que mantendrá el examen de ingreso porque “valora la meritocracia y rompió con prácticas de la ‘palancocracia’, de la asignación de cupos al azar o a la elitización”.
Además, “las universidades tendrán una relación más cercana con el proceso de admisión, aplicarán mecanismos propios y diferenciados, ofertarán propedéuticos”. (I)
Datos
La inversión en educación superior pasó de $ 1.220 millones a $ 2.236 millones. A escala regional, Ecuador es el país que destina mayores recursos a la educación.
Actualmente, más de 4.000 becados ya retornaron al país. El 29% labora en la academia, el 27% se vinculó al sector de la salud y el 25% trabaja en ámbitos productivos y de servicios.
La Secretaría de Educación Superior lanzó la primera fase de la ‘Convocatoria Abierta 2017’ para la adjudicación de nuevas becas. Los interesados pueden postular hasta el 21 de mayo de este año.
En el país, la inversión en educación superior es del 2% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, en los últimos cinco años se registró un aumento de $ 905 millones en las áreas de investigación, ciencia, tecnología e innovación.