Las interminables playas de Río de Janeiro, uno de los mayores activos que posee la ciudad brasileña, son convertidas diariamente en enormes gimnasios al aire libre por adictos al deporte que no solo buscan mejorar su estado físico y su salud, sino también exhibir ese esfuerzo en la arena.

Se dice de Río que es la ciudad del culto al cuerpo y adicta al deporte, aunque también se busca ejercitarlo  para luego exhibirlo.

Según Marcela Amaral, profesora de educación física, el estilo de vida carioca es deportivo y atlético por la gran riqueza natural de la ciudad, que invita a las personas a practicar todo el deporte que quieran en la playa, en los parques y en la laguna.

De esta forma, es habitual observar desde los clásicos partidos de fútbol playa, pasando por el surf y el yoga.

También se encuentran actividades propias de los gimnasios que se transportaron al aire libre, como Rio Academia, una iniciativa de la empresa Mude y la ONG Arte e Vida, que construyó un gimnasio de 316 m2, que en la playa ofrece actividades deportivas gratis.

Rio Academia tiene su central en Ipanema. Ofrece actividades, a lo largo del paseo marítimo, a diario, de noviembre a febrero (verano austral), previo registro en su aplicación móvil.

Amaral, profesora del centro, explicó que sus clases se llenan tres días antes y que son demandadas por hombres y mujeres”.

En los meses de funcionamiento ofrece 5.800 plazas por semana divididas entre  53 clases semanales: crossfit, MMT, volley playa, capoeira, taichi y HIIT.

La iniciativa de la empresa Mude y la ONG Arte e Vida tiene el objetivo de democratizar el deporte en Río de Janeiro y hacerlo accesible”, más ahora que comienza el verano y un gran número de cariocas, preocupados por su aspecto, llenan los gimnasios.

La práctica al aire libre supone un acto social en Río de Janeiro, una forma de relacionarse y conocer gente, argumentó Amaral, quien explicó que “conoces gente nueva todos los días”.

Las personas que acuden a la playa coinciden en que no hay lugar igual para hacerlo y valoran la sinergia del binomio deporte y contacto con la naturaleza. “Es maravilloso  practicar deporte en esta playa, creo que no hay nada mejor para despejar la cabeza y no pensar en los problemas”, agregó Mónica Cohen, alumna de Rio Academia.

“En un gimnasio cerrado no tienes este paisaje, ni estas vistas. No te da el sol en la cabeza ni el viento en la cara... Esto marca la diferencia”, afirmó Amaral tras la comparación. (I) et