La estimulación debe iniciarse desde que el bebé está en el vientre materno
Lectura facilita desarrollo neuronal de los infantes
Cuando Israel llegó al Centro Infantil del Buen Vivir (CIBV) del centro de Quito tenía un año. No caminaba ni emitía palabra. Pero gracias a la lectura y a todas las actividades que se realizan en el centro infantil, los cambios son notorios en el chiquillo de 2 años.
“Ahora habla como loro, tiene más independencia y por supuesto no para de andar por toda la casa”, cuenta orgulloso y feliz su padre Gerardo Quiñónez, quien labora como vendedor ambulante.
Parte de ese cambio lo hizo posible el propio Gerardo, quien desde el primer momento que la ‘profe’ le dijo que debía leerle cuentos, pese a su estrechez económica, se dio modos de adquirirlos. Hoy religiosamente le cuenta historias todas las noches antes de que el pequeño se acueste. “Veo que eso le ayudó mucho a desarrollar su lenguaje oral”.
Estudios desarrollados a nivel mundial evidenciaron que de 0 a 3 años es la edad ideal para estimular adecuadamente el cerebro del niño y lograr un desarrollo neuronal y cognitivo elevado.
Entre los estímulos que el infante debe recibir a esa edad destaca la iniciación a la lectura a través de cuentos. “Esta actividad permite un desarrollo completo de cada una de las neuronas del cerebro y además refuerza los lazos afectivos con los progenitores”, cuenta la educadora Catalina Betancourt, coordinadora del CIBV Manuela Cañizares en el centro-norte de Quito.
Catalina a diario habla con los padres y les recalca la importancia de contarles historias a los chiquillos porque a esta edad (1 - 3 años) es cuando más están más predispuestos a aprender. “Cuando los padres se involucran directamente en la construcción de un cuento, que puede ser la propia historia del niño decorándolo con muchos colores, los pequeños se emocionan más y ponen mayor atención a la lectura”.
Precisamente eso constataron Esther Coquinche y Gerardo Quiñónez, padres que elaboraron la historia de sus hijos a través del cuento ‘Yo soy’. “La experiencia para mí fue muy linda porque en cada página que escribía recordaba lo vivido con mi pequeño Dennis y él también lo hacía mirando las fotografías”, dijo Esther.
La psicóloga educativa Elizabeth Montenegro reafirma la importancia de dedicar unos minutos al pequeño y hacerlo a través de la lectura de historias en esta edad. “Los primeros años de vida son fundamentales para el niño, sobre todo en el área de lenguaje, porque va de la mano con el pensamiento y de hecho con la inteligencia que desarrollará en el futuro”.
Montenegro recalca que la activación neuronal y cognitiva es acelerada y se desarrolla de mejor forma en edad temprana. “Cuando el niño nace tiene toda la red neuronal lista para poder estimularse y crear nuevas conexiones. En la medida que se le va leyendo se activan las áreas visuales de la corteza cerebral y también las áreas temporales que tienen que ver con el lenguaje. Además se estimula la memoria que está localizada en el hipocampo y también se activa la capacidad de razonamiento y creatividad. En resumen, la lectura ayuda a estimular muchas áreas del cerebro y de ahí su trascendencia”.
La experta aclara que los estímulos a las diferentes áreas del cerebro no serán completos si los cuentos solo son escuchados o vistos a través de videos, porque las diferentes zonas neuronales no se activan de la misma manera.
“Cuando nosotros vemos las imágenes, las áreas de la corteza occipital se activan en conjunto con las áreas de asociación primaria, es decir la parte visual. Cuando escuchamos, estimulamos la parte auditiva; pero, en cambio, cuando leemos, desarrollamos ambas rutas y además tenemos que imaginarnos y esos procesos nos hacen pensar”. (I)
DATOS
La estimulación al niño y niña debe darse desde que está dentro del vientre materno a través de canciones y diálogo con el nuevo ser y continuarlo cuando nace.
Cuando el bebé tiene entre 8 y 12 meses se debe iniciar con la lectura de cuentos, mostrándole al niño imágenes para que vaya relacionándolas con las palabras y así desarrolle su lenguaje.
De acuerdo a las investigaciones, el niño recibe en abundancia todos los estímulos del mundo y está hábido por aprender en el proceso de plasticidad neurológico y cerebral hasta los 7 años de edad.
Cuando no hay la estimulación lectora en el niño, el lenguaje que tenga va a ser limitado y eso impedirá que se desarrolle el interés hacia la parte lingüística y cognitiva en general y sus neuronas no se activan.