La estimulación genera la cantidad de leche necesaria para cada neonato
Tres tipos de leche producen las madres desde el momento que nacen los bebés hasta cuando dejan de lactar y pasan a la alimentación habitual.
Desde el primer día hasta el séptimo se genera el calostro que es rico en inmunoglobulina A, así como en linfocitos y macrófagos que protegen al recién nacido de los gérmenes del medio ambiente.
De acuerdo al Manual de Lactancia, emitido por la Unicef en Chile, a partir de la segunda semana la madre genera la leche de transición y desde el día 15 hasta el final de la lactancia se produce la leche madura.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la leche humana tiene el potencial de adaptarse a las necesidades de cada lactante y de aumentar su producción en caso de partos múltiples.
En el caso de las madres que tienen gemelos es por el estímulo que reciben de ellos que generan mayor producción de leche.
“Su cuerpo se adapta a una producción mayor de leche, aunque en los primeros días se les complica, pero luego pueden solventar la necesidad calórica y alimenticia de los bebés con las cinco comidas que desarrollen al día”, refiere el pediatra Fernando Montaño.
Ese criterio se refuerza en el Manual de Lactancia de la Unicef, en el cual se afirma que la leche es un fluido vivo que se adapta a los requerimientos nutricionales e inmunológicos del niño a medida que crece y se desarrolla”.
Leche pretérmino
Jennifer Nicolalde, nutricionista y líder del Banco de Leche del Hospital Docente de Calderón, en Quito, aclara que hay diferencia en la leche que producen las madres de bebés prematuros.
“Ellas producen un tipo de leche pretérmino, que son aquellas gotitas que se generan antes del nacimiento del bebé y esa es la ideal porque así crecerán más rápido, tendrán defensas altas y un desarrollo adecuado”.
Al respecto el pediatra Marco Sierra afirma que en los nacimientos prematuros la calidad de la leche es lo que permite que el bebé se desarrolle rápido.
“Si nació cuatro semanas adelantado, en ese mismo período debería estar del tamaño y peso como si hubiera nacido a término”.
Según el Manual de Lactancia, la leche pretérmino tiene más cantidad de proteína y menos lactosa que la leche madura.
“Esta es apropiada para el niño inmaduro que tiene requerimientos más elevados de proteínas. Además hay una buena cantidad de lactoferrina y la inmunoglobulina (IgA) se encuentra abundantemente en este tipo de leche”.
La producción de esta leche se mantiene en la madre hasta que el bebé complete las 37 o 41 semanas de gestación con las que debió nacer a término.
“A partir de ahí la madre comienza a producir el calostro, que es la leche más amarilla porque tiene gran aporte de vitaminas, betacaroteno y alta concentración de inmunoglobulina A”.
La líder del Banco de Leche afirma que la producción de leche está estrictamente relacionada con el estímulo que recibe la madre del pequeño y no en función de la ingesta de determinados productos o alimentos.
Sin embargo, aclara que la alimentación sí influye en el valor nutricional de la leche y en el aporte calórico.
“La calidad de la leche depende de cómo la madre se cuidó en el período de la gestación y de la ingesta de alimentos durante la lactancia para brindar el aporte calórico necesario al neonato”.
Para ello se realiza un estudio de crematocrito que define el valor calórico de la leche; en caso de que esa leche sea hipocalórica (pocas calorías) y el bebé necesite subir de peso se modifica la dieta de la madre para fortificar la leche con la ingesta de mayor cantidad de grasas, calcio y proteínas, con alimentos cinco veces al día.
“Cuando es hipercalórica no se requiere variar la dieta de la madre, porque con ese nivel está garantizado que su bebé suba de peso rápidamente”.
Diferencia entre niños y niñas
Un estudio desarrollado por la Universidad de Michigan (Estados Unidos) indica que hay una diferencia en la composición nutricional de la leche materna basada en el sexo del recién nacido al que se amamantará.
El análisis que se desarrolló en 72 mujeres de una localidad de Kenia determinó que la leche de las madres de varones registró el 2,8% de grasa; mientras que aquellas que amamantaron a niñas el aporte de grasas fue el 0,6%. Los especialistas consultados no comparten esta información. Para el pediatra Mauricio Guerra, la única diferencia en la leche materna está dada por la edad del bebé que la consume.
“En la primera semana la madre produce un calostro más rico en calorías, porque eso necesita el recién nacido para su crecimiento, y al año de vida la leche ya tiene una composición diferente porque el bebé ya consume otros alimentos”. (I)
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Hospital Docente recoge leche a domicilio
El Banco de Leche del Hospital Docente de Calderón es el único de los nueve que funcionan en el país y que dos veces a la semana realiza visitas domiciliaris para la recolección de leche materna de madres donantes. Tienen tres.
Ellas son capacitadas sobre la forma correcta de recolectar la leche en sus casas y les proveen de un kit, que contiene mascarilla y gorro.
La nutricionista en la visita chequea al bebé para constatar que es adecuada su evolución, así se comprueba que no le falte la leche y si hay exceso donarla.
Durante el tiempo que la madre es donante se somete (cada tres meses) a un análisis de VDRL (sífilis) y VIH para asegurar que la leche es sana y segura.
En 2017, a través de las visitas domiciliarias, se recolectaron 448.575 mililitros (ml), lo máximo que una madre entrega, a la semana es 20 frascos de cristal con 200 ml de leche cada uno. Luego se traslada al Banco del Hospital de Calderón para abastecer de forma prioritaria a nacidos con patología neonatal.
El nosocomio requiere más donantes, aunque no sean pacientes. Las personas que deseen apoyar comunicarse al 023952700, ext. 4104. (I)