“Las Manuelas” identificaron a más de 2000 personas con discapacidad en el cantón Pasaje
Entre la extensa vegetación de árboles de plátano y cacao en Pasaje, brigadistas Las Manuelas visitaron la casa de José Guaillasaca, con el 91 % de discapacidad física, durante la intervención que realizan en este cantón de la provincia de El Oro, donde se identificaron más de 2000 hogares de personas con discapacidad.
En un solar donde se asienta una casa de carrizo y madera, sentado en la cama José saluda con la brigada compuesta por “Las Manuelas”, el equipo técnico del Médico del Barrio y miembros de las Fuerzas Armadas, quienes llegan para entregarle ayudas técnicas y apoyo integral a él y su familia.
Guaillasaca de 51 años, que hace más de 8 años se quedó parapléjico comentó que “trabajaba en las bananeras, y un día cuando me enviaron a depositar dinero en el banco por robarme me dispararon dos veces, desde ahí no volví a caminar, ahora me cuida mi mujer a quién le agradezco porque no me ha abandonado”.
“Gracias por la nueva silla de ruedas, la que tenía hace 10 años no me servía ni para salir con mi esposa a tomarme un helado”, bromea José, mientras le pasean en el centro de su casa.
“Cuando evidenciamos como mejora la calidad de vida de las personas con las ayudas técnicas que se les entrega y el aporte y acompañamiento de todas las instituciones del Estado nos llenamos de satisfacción porque entendemos que nuestro trabajo es valioso”, manifiesta Katty Rentería, brigadista.
Según datos de la Secretaría Plan Toda una Vida, desde el 21 de junio Las Manuelas volvieron a recorrer este cantón de la costa ecuatoriana donde entregarán más de 200 ayudas técnicas y apoyo integral en cada uno de los hogares que visiten.
A la parroquia rural Casacay de este cantón, también llegaron Las Manuelas. Una bandera blanca les guió hasta la casa de María Japón, madre de Andre de siete años. “En la televisión les veía a Las Manuelas y dije algún día ojalá lleguen a mi casa porque realmente necesitamos la ayuda”, comenta.
A los cuatro años, luego de una resonancia, a su hija le descubrieron que tenía un tumor en la columna, lo que le impediría caminar. “Como madre es duro enfrentar la discapacidad pero hay que salir adelante. Gracias a las visita de la Brigada este es el segundo mes que recibiré el Bono Joaquín Gallegos Lara, y en la nueva silla de ruedas que le entregaron a Andrea podré llevarla a la escuela”, dice María.
En cada una de las visitas, las brigadistas identifican las necesidades de las familias y se convierten en un enlace con el resto de instituciones de Estado a fin de mejorar su calidad de vida. (I)