Son alrededor de 400 mujeres las que integran la Misión Manuela Espejo para visibilizar y trabajar de manera integral con los grupos de atención prioritaria en el país.   

Como resultado de la labor puerta a puerta que realizan desde agosto de 2017 han  identificado a más de 53.000 personas con discapacidad que por años fueron invisibilizadas y desatendidas.

Durante esta etapa de trabajo, las brigadas institucionales visitaron 77 cantones de 20 provincias para fomentar el ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad y atender sus necesidades, vinculándolas a las Misiones del plan Toda una Vida y a servicios del Estado.

El trabajo de las brigadistas es intersectorial, de ahí que cuenten con el apoyo de instituciones del Estado que las acompañan en sus recorridos a fin de brindar una atención integral, lo que incluye a las familias.

Participan el Médico del Barrio, técnicos del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y miembros de las Fuerzas Armadas.

Las Manuelas son un enlace entre los beneficiarios y los servicios que necesitan.

En una primera fase las brigadistas visitan los hogares de quienes tienen el carnet de discapacidad, pero no reciben atención, como  es el caso de Andrea Loja, una niña de siete años, que debido a un tumor en su columna nunca podrá caminar.

Se realizaron los trámites para que acceda al Bono Joaquín Gallegos Lara, recibió una silla de ruedas y de evacuación y dos veces a la semana recibe terapias en su domicilio y atención médica.

“Esa es la mayor satisfacción del trabajo cumplido. Agradezco el apoyo de los ministros por la convicción con la que afrontan este reto de intersectorialidad. La participación activa de las brigadistas permite que la intervención sea integral y que la interinstitucional se cristalice como una verdadera política de Estado”, enfatizó Rocío de Moreno, presidenta del comité plan Toda una Vida.

En esta primera etapa, que se inició desde junio y finalizará en agosto de 2018, se tiene previsto visitar más de 9.000 hogares en todas las provincias del país y así garantizar la entrega de ayudas técnicas, como sillas de ruedas, de evacuación, colchones, cojines antiescaras, bastones y pañales.

Aquello es parte de una política de gobierno que promovió el presidente Lenín Moreno cuando se desempeñó como enviado especial del Secretario General de Naciones Unidas para temas de discapacidad y accesibilidad con el objetivo de que todos los gobiernos garanticen a las personas con dificultad de movimiento  el acceso a tecnologías de asistencia.

“Avanzaremos a paso firme si pensamos en las tecnologías de asistencia no solo como el dispositivo de ayuda para la limitación física, sino como el medio necesario para que las personas con discapacidad ejerzan el disfrute pleno de sus derechos”, expresó Rocío de Moreno.

En la segunda fase de intervención, que se iniciará desde septiembre y culminará en diciembre, serán visitados más de 5.000 hogares de personas que no cuentan con carnet de discapacidad, las cuales serán evaluadas por los médicos para identificar el tipo y porcentaje de impedimento, lo que les facilitará el acceso a servicios.

En una tercera fase, en ese mismo período, se identificará progresivamente a aquellos que fueron diagnosticados con algún tipo de inmovilidad y que requieren acceder a otros servicios tras su carnetización. Como parte de la cuarta fase de intervención, más de 37.000 personas que se encuentren en situación de pobreza y pobreza extrema serán atendidas.

Asimismo y como parte de la quinta fase, de julio a diciembre de este año, serán intervenidos más de 16.000 hogares de personas con movilidad reducida que tengan otro tipo de vulnerabilidades como dependencia, enfermedades asociadas o que vivan en situación de abandono. (I)