Más de 150 trabajos se presentaron en el certamen literario organizado por el consejo para la igualdad de género
Las vivencias indígenas inspiraron a Tania
Las vidas de sus abuelas indígenas campesinas y quichua hablantes fueron el eje fundamental de la poesía ‘Vivencias heridas’ con las que la cuencana Tania Chapa (foto), de 18 años, fue la vencedora en el primer concurso ‘Ecuador con rostro de mujer’. Este fue impulsado por el Consejo para la Igualdad de Género y el Grupo Parlamentario para los Derechos de la Mujer.
Desde niña a Tania le gustó escribir, pero en los últimos años descuidó su afición por la exigencia de los estudios de tercer nivel y sus ocupaciones como vicepresidenta de la Asociación femenina universitaria de la Universidad de Cuenca, donde cursa el segundo nivel en la carrera de Sociología.
“Me animé a participar como una forma de expresar el sentir de personas que han sufrido violencia por el simple hecho de ser indígena, pero honestamente no creí que escribía bien como para ganar un concurso así”, confiesa Tania.
Aunque ella no ha vivido ninguna discriminación, recalca que el tema indígena es algo vital en su existencia y siempre lo defiende. “A veces me ven rara por mis ideas, pero estoy convencida de las cosas que pregono”, recalca.
De su padre, Jaime, heredó el gusto por la música y es amante de los pasillos, el folclore y la trova. Con los $ 5.000 de la beca que ganó espera perfeccionar el aprendizaje de inglés.
Por su parte, Aracely Bonito, con 16 años y estudiante de segundo de bachillerato en la Unidad Educativa Rumiñahui de Ambato (Tungurahua), es la más joven que recibió el reconocimiento en este certamen nacional.
“Siempre ha participado en concursos intercolegiales y realmente ama escribir. Es su pasatiempo favorito, con la pintura, pero ni ella pensaba que podía estar entre las 3 primeras”, confiesa su madre, Mercedes López.
Aracely participó con el cuento ‘Una mujer también puede’, inspirado en las conversaciones que escuchó de sus familiares en las que relataban sucesos en los que el único destino del género femenino era complacer a los varones y hacer todo lo que ellos no deben realizar en la casa.
Aracely es una alumna destacada y el orgullo de su familia, donde su padre Julio es el único sustento de la casa. Por eso el premio que obtuvo la ayudará a iniciar en 2 años una carrera universitaria, aunque hasta el momento no sabe si será Química o Literatura, que son las especialidades que más le agradan.
“Cuando nos enteramos de que el premio era una beca para estudiar una carrera nos alegramos mucho, porque en este tiempo se nos hace difícil brindar estudios universitarios a nuestros hijos porque el ingreso no alcanza para eso”, confiesa Mercedes, quien tiene 2 hijos menores que completan el hogar en la parroquia Ambatillo.
El segundo lugar fue para el guayaquileño Leonardo Sotomayor, estudiante de la Escuela Superior Politécnica del Litoral. Él escribió la crónica titulada ‘Elena’ que relata las travesías que cumple una mujer en sus tareas como pescador y que, al igual que los hombres, se esfuerza para llenar las redes que llevarán el sustento a su hogar.