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Las vacunas y el debate sobre si son beneficiosas o no para la salud del niño
La vacunación es una forma de inmunizar al niño desde su nacimiento y la primera dosis que recibe es la BCG, contra la tuberculosis. Luego, a medida que pasan los días, el neonato es sujeto de una cartilla donde se indica cuál es la inmunización que sigue, en su orden.
Un reciente estudio publicado en Journal of Translational Science sugiere que los menores vacunados son menos propensos a padecer de varicela y tosferina, pero tienen más probabilidades de contraer neumonía, otitis media, alergias y -mucho más grave aún- problemas de desarrollo neuronal. La investigación tuvo como muestra comparativa a 261 pequeños no vacunados contra 405 que sí lo fueron.
Allí se originó un debate entre quienes defienden su eficacia y seguridad, que no las niegan, pero sí la forma en que se fabrican e inoculan, y quienes afirman que no previenen nada y que además son muy peligrosas, pudiendo dar lugar a numerosas patologías.
Esta prueba concluyó que hay una clara relación lineal entre el número de dosis de las vacunas administradas al mismo tiempo y las tasas de hospitalización y decesos.
En ese sentido, Antonio Rojas, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, destacó que la cantidad de mercurio de las vacunas que una persona se pone durante toda su vida no es más que la que se come en una lata de atún.
Rojas derriba los mitos que existen en torno al daño que podría causar la inmunización y alerta sobre los riesgos de un aumento en el rechazo masivo a las vacunas.
“La vacunación es la medida de salud más eficiente a lo largo de la historia de la humanidad, no existe otro recurso que salve más vidas”.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), en su Plan de Acción sobre Inmunización para la Región de las Américas (RIAP) 2015-2020, se fijó el propósito de adaptar el Plan de Acción Mundial sobre Vacunas (GVAP) al contexto regional y cooperar con los países para la adopción de metas, estrategias y actividades comunes, así como facilitar el diálogo, fomentar la sinergia y continuar fortaleciéndose.
En tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostuvo que este 2017 el objetivo de la campaña mundial es sensibilizar al público acerca de la importancia fundamental de lograr una inmunización completa a lo largo de la vida.
La tendencia a no vacunar
El año anterior, Francisco Jijón, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Pediatría Núcleo Pichincha, explicó que hay una tendencia en los padres de no vacunar a sus hijos, al pensar que las vacunas causan enfermedades como el autismo.
“Estos niños están siendo descuidados no porque no existan vacunas en el Sistema de Salud, sino por nuevas tendencias que solamente los perjudican. Lamentablemente son los adultos quienes deciden por ellos y esto nos está creando problemas”.
Citó que en los últimos años se han reportado casos de tosferina y sarampión que ya estaban controlados.
“Las vacunas son una maravilla... Enfrentamos a colegas que emiten criterios sin sustento científico y crean alarma”. (I)
La inmunización evita muertes
Según la OMS, la vacunación elude entre 2 y 3 millones de decesos anuales por difteria, tétanos, tos ferina y sarampión.
La vacunación previene discapacidades y defunciones por enfermedades prevenibles, como cáncer cervical, difteria, hepatitis B, parotiditis.
Punto de vista
Carlos González, pediatra español
“Sin vacunas, volverían las enfermedades”
El pediatra español se vio en la obligación de escribir el libro En defensa de las vacunas debido a -lo que él llama- las mentiras de los antivacunas. Asegura que los padres deben inmunizar a sus niños sin ningún género de dudas, siguiendo el calendario oficial de vacunaciones sin ningún retraso, “porque es lo mejor para sus hijos”. Es bueno inmunizarlos para protegerlos contra las diversas enfermedades vacunables. Si no se los vacuna -menciona- volverían enfermedades que ahora casi hemos olvidado. “Ya ha ocurrido en varios países en los que la cobertura vacunal había disminuido (sobre todo, por la propaganda de los antivacunas). En décadas recientes ha habido epidemias de tos ferina en Inglaterra, Suecia, Alemania y Japón; de sarampión en Holanda y Alemania; de difteria en Rusia y otros países ex-soviéticos, por poner algunos ejemplos. Las mentiras de los antivacunas no son inocentes; causan sufrimiento y muerte”. El profesional señala que si desapareciesen las vacunas, simplemente se volvería a la situación en que vivían nuestros bisabuelos. Reitera que estas son muy importantes, ya que protegen contra enfermedades graves y frecuentes (es decir, que sabemos por experiencia que serían recurrentes si no se vacunase), como el sarampión, la difteria, la tosferina y otras muchas, mientras que la de las paperas, una enfermedad habitualmente leve, no es tan importante. Aclara que las vacunas de virus vivos, como la triple vírica, pueden estar contraindicadas en casos concretos, como la fase aguda de la leucemia o el tratamiento inmunosupresor. (I)