Las temperaturas elevadas descomponen los alimentos
Carla Romero permaneció tres días hospitalizada tras comer un ceviche de concha y cangrejo en un mercado de Guayaquil.
La ingesta le produjo infección intestinal, deshidratación, vómito y diarrea.
Cuando hay cambios bruscos de temperaturas en una ciudad —explicó el hepatólogo Xavier Mora— también se registran intoxicaciones, pues las comidas se descomponen con mayor facilidad.
Entonces, los afectados padecen irritaciones en la pared y mucosa del estómago por un virus.
Los síntomas que se presentan después de 12 o 24 horas son dolor abdominal, vómitos, cólicos, deposiciones numerosas y fiebre; y en los casos severos hay sangrados. “Cuando no son tratadas o diagnosticadas a tiempo causarán impacto en el tubo digestivo y en el colon (perforación)”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 420 mil personas mueren anualmente por consumir alimentos insalubres.
La infectóloga Ana Ávila, del Hospital Los Ceibos de Guayaquil, precisó que la mayor cantidad de personas que atiende presenta esa afección. “Tienen síndromes diarreicos agudos provocados por bacterias: salmonella, escherichia coli, campylobacter y estafilococo”. Aconseja no automedicarse porque altera la flora intestinal.
El hepatólogo Mora indicó que las personas con enfermedades (como renal crónica) o cuyos sistemas inmunitarios están debilitados corren mayor riesgo de enfermarse si se intoxican.
Para evitar que esto ocurra recomendó que se mantengan las normas de higiene, refrigeración (sin variaciones de temperaturas) y se respete la cadena de frío.
La nutricionista Noelia Icaza explicó que hay crecimiento de bacterias cuando los alimento están expuestos a 5 y 65 grados. “Los gérmenes se detienen o se inactivan cuando se congelan y son eliminados cuando se cocinan por encima de los 65 grados”.
Ella advirtió que el clima de Guayaquil (por encima de los 31 grados) descompone con mayor rapidez la comida y se multiplican las bacterias.
Por su parte, la nutricionista Lilia Villafuerte recomendó guardarla en porciones en la nevera para garantizar el buen estado. “La congelación y descongelación harán proliferar las bacterias”.
Asimismo, Iara Armijos, experta en alimentación, advirtió que al descongelarlos no hay que ponerlos inmediatamente a la temperatura ambiente, porque se llenan de microorganismos.
De igual manera, “la contaminación cruzada es alta, pues erróneamente se pica la proteína animal en el mismo sitios de los vegetales”.
La conservación de los alimentos guardados en la nevera, según Icaza, dura entre uno y dos días. “Deben permanecer tapados en un recipiente de vidrio para que no haya reproducción de las bacterias. El plástico no es aconsejable porque absorbe sustancias químicas”.
Armijos aseguró que los nutrientes se pierden al calentar la comida. “Se oxidan”. Para evitar el problema, la infectóloga Avilés enfatizó que deben “ser consumidas al instante y no guardada”.(I)
El lavado de las manos reduce las infecciones
La Organización Mundial de la Salud aseguró que un lavado frecuente y correcto de las manos previene las enfermedades que requieran antibióticos y disminuye la creciente resistencia a estos fármacos.
Precisamente, el 20% de las intoxicaciones alimentarias se dan por la falta de este hábito.
Según el gastroenterólogo Carlos Santana, aseárselas permite protegerse de la aparición de hasta 200 afecciones. “Hay 300 mil bacterias en las manos aparentemente limpias”.
Él aconseja desinfectar las palmas con abundante agua y jabón.
Para que sea eficaz -añadió- se requiere de tiempo estimado de 40 o 60 segundos, para mojárselas, enjabonarse, frotarlas y secarlas con una toalla de tela o papel.
Asimismo, el galeno recomienda poner en práctica ese hábito al llegar a casa, tras viajar en transporte público o después de estar en espacios cerrados y con mucha gente.
La higiene -agregó- reduce las infecciones digestivas y también respiratorias y de la piel (entre el 40% y 50%).
El organismo internacional señaló que en el mundo 3,5 millones de menores de cinco años mueren cada año a causa de diarrea.(I)