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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Las series de televisión abordan tabúes de la sociedad en Pakistán

Una de las producciones aborda la vida de Qandeel Baloch, estrella de redes sociales, quien fue asesinada por su hermano por ir contra las “tradiciones”.
Una de las producciones aborda la vida de Qandeel Baloch, estrella de redes sociales, quien fue asesinada por su hermano por ir contra las “tradiciones”.
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Soñaba con ser célebre y dejar huella en su país, Pakistán. Qandeel Baloch, estrella de las redes sociales asesinada en nombre del “honor” familiar, podría lograr su objetivo de manera póstuma por una serie.

Baloch, que murió estrangulada por su hermano en 2016, es más famosa que nunca. Su destino trágico ha sido adaptado en una serie popular que, al igual que otras del mismo estilo, aborda los tabúes sociales de un país conservador.

‘Baaghi’, que significa “rebelde”, muestra el ascenso social de Qandeel, una joven de origen humilde que se hizo popular en las redes sociales hasta su asesinato.

La serie se emite cada jueves en el canal Urdu 1. El primer capítulo ha sido visto 1,6 millones de veces en YouTube. “Esa chica era una leona. No tendría que haber muerto tan pronto”, lamenta una guionista de la serie, Shazia Khan.

El destino de Qandeel suscitó reacciones encontradas en Pakistán. Algunos utilizaron su muerte para denunciar los crímenes de “honor”, que se cobran cada año la vida de cientos de paquistaníes y suelen quedar impunes.

Pero otras voces conservadoras la acusaron de ir lejos con sus selfis y videos provocadores y la culparon de causar su propia muerte.

La adaptación de su historia para la televisión ha dado un nuevo impulso al debate sobre este tipo de crímenes.

Matrimonios forzados, misoginia
Otras series hablan de cuestiones sociales como la violencia doméstica, los matrimonios forzados o precoces, la misoginia y los derechos de las mujeres.

Ese tipo de programas televisivos tiene un  éxito entre la población paquistaní, que llega a 207 millones de habitantes.

Según la autoridad local de vigilancia de los medios de comunicación, cerca de dos tercios de los telespectadores vieron en algún momento de 2016 uno de los canales que emiten esas series.

Según un sondeo del instituto Gallup, el 67% de las telespectadoras adultas y el 56% de sus homólogos masculinos ven programas de entretenimiento, sobre todo los melodramas.

Su éxito comercial puede convertir esas historias en herramientas progresistas muy potentes, opina la abogada Benazir Jatoi, que trabaja para la Fundación Aurat, que vela por los derechos de las mujeres.

Temas sensibles
Otra serie, ‘Mujhe Jeene Do’ (‘Déjame vivir’), aborda los matrimonios de niños. “¿Quién sabrá que es un crimen si no hacemos que la gente tome conciencia de ello?”, comenta su directora, Angeline Malik.

Hum TV, principal canal de entretenimiento, es pionero en abordar este tipo de asuntos sociales. En 2016 difundió ‘Uddari’ (Huida), que contaba la historia de una joven agredida sexualmente por su suegro. (I) 

La propuesta contiene una visión patriarcal
A pesar de sus mensajes de cambio, esas series suscitan críticas entre algunos progresistas por la forma como muestran a sus heroínas.

Sadaf Haider, bloguero del portal de información Dawn.com, criticó recientemente la serie ‘Baaghi’ por haber convertido a Qandeel Baloch en un personaje sin autonomía, en una víctima.

“Qandeel asumía plenamente la responsabilidad de sus elecciones. Así que, ¿por qué se la describe de forma totalmente distinta en Baaghi?”, se preguntó.

Según la periodista paquistaní Fifi Haroon, la imagen de las mujeres en esos programas sigue ciñéndose a una visión patriarcal.

Las “heroínas son remilgadas”, tienen siempre “los ojos húmedos” y “sufren en un silencio obstinado o un estoicismo barato”, lamenta.

Un peligro, según ella, ya que el público “no solo se compone de mujeres”. “Los hombres están pendientes de lo que significa serlo en la sociedad paquistaní”.

Sultana Siddiqui, productora de ‘Sammi’, dice que sufrió presiones de reguladores y comentarios brutales en las redes sociales, donde se la acusó de atacar los valores. (I)  

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