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Ecuador, 01 de Febrero de 2025
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El Telégrafo
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La mujer fue sometida a un examen psicológico por un perito, pero una psiquiatra consultada indica que quizás esto no fue suficiente

“Las personas somos el resultado de una historia”

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El 12 de marzo se cumplió un mes desde que el Tribunal de Chimborazo sentenció a Emma S. a cumplir 34 años y 9 meses de prisión. Su crimen desde la óptica de quienes leerán esta nota es quizás imperdonable. Fue acusada de asesinar a su pequeño de 2 años.  Hasta hoy es la pena más severa que se ha aplicado a partir de la vigencia del Código Orgánico Integral Penal (COIP), el 10 de agosto de 2014.

¿Qué motivó a Emma a acabar con la vida de su hijo? La joven de 22 años era al parecer madre soltera y su hijo fue fruto de la violación de su padrastro.  “Ella manifestaba que el niño iba a estar mejor en otra vida que en la que llevaba”, cuenta el fiscal Diego Verdezoto, quien siguió el caso.   

Emma nunca justificó su acto con la violación que habría sufrido años antes. Los familiares confirmaron lo dicho por la joven: ella fue violada y padece problemas psicológicos.  

Vivía en Guamote, un cantón de Chimborazo, en una pequeña casa con su madre y su hijo. El día de la muerte del pequeño había discutido con su progenitora porque esta se había negado a cuidarlo. Al salir con el menor y pasar junto a un canal de riego poco transitado, decidió arrojarlo y luego viajar a la feria de Guamote, en donde permaneció dos días vendiendo productos en el mercado junto a su enamorado.

Al cuarto día dio aviso de la desaparición del menor y avisó a las autoridades que su hijo estuvo enfermo y fue llevado al Hospital General Docente, pero luego cambió el discurso y manifestó que estaba caminando cerca del canal de riego cuando se detuvo para amarrarse los zapatos. En el descuido, dijo, el menor cayó por accidente.

Personal del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) halló al menor en el mismo canal, pero en el sector de la Inmaculada, Guano.   

Todos estos actos de Emma, desde que salió de su casa hasta la declaración ante las autoridades, no encajan en la psiquis de una mujer psicológicamente sana.

La psiquiatra María del Carmen García, con 20 años de experiencia en el Instituto de Neurociencias de Guayaquil, así concluye luego de leer sobre el caso, conocer la historia y analizar las pruebas. “De fondo hay un problema de instinto; lo natural es amar a los hijos, cuidarlos y protegerlos. Que haya pasado eso da cuenta de que hay algo que no está bien”, dice.

Luego de una violación es probable que cuando el niño nace que una mujer desarrolle un instinto materno, lo que genera rechazo por el bebé.  Un estudio de la Unidad de Atención a Víctimas del Delito de Toluca en México, señala que las diferentes áreas de interacción de una mujer adulta se ven alteradas después de haber vivido una violación, lo cual implica una sintomatología de estrés postraumático.

En el área conductual el informe detalla que las mujeres se tornan agresivas, entran con facilidad en pleitos y situaciones problemáticas, mientras que en el área emocional generalmente se encuentran tristes, impacientes, inseguras y frustradas.

También hace referencia a la parte cognitiva porque consideran haber perdido el control armonioso de su vida.  

Hoy Emma está a la espera de la audiencia de apelación para reducir su sentencia. Esto podría ser en 2 semanas. Mientras tanto, ni sus familiares ni sus allegados se han pronunciado sobre la condena. El defensor Público, Eduardo Coloma, no niega el delito, pero pide la rebaja de la pena. Luego del hecho, él solicitó un psiquiatra para comprobar que la joven tenía un trastorno de fondo, pero este examen no se pudo completar porque el especialista estaba en Quito y no en Riobamba. El Defensor cuenta que Emmna argumentó que no tenía una buena relación con su familia y que por la mente siempre le rondó la idea de suicidarse. Para la justicia no hay prueba legal de los abusos de Emma, porque no hay denuncias ni culpables.   

A la chica la Fiscalía le practicó un examen, pero a través de un perito. En el test se determinó que no tenía una psicopatía.

¿Un examen es suficiente? La psiquiatra García indica que cuando no hay una sintomatología tan evidente, no basta con realizar una sola valoración para determinar un problema mental. En el proceso deben intervenir varios profesionales. “En psiquiatría debe tomarse en cuenta la entrevista directa, pero también la indirecta, la historia que nos pueda contar la familia, cómo es ella, cómo actúa, cómo fue de pequeña, qué pasó. Eso puede tomar semanas”.

La especialista añade un punto importante: “las personas somos el resultado de una historia”. Y como tal si no hubo el seguimiento y la atención adecuada desde el parto, los seres humanos no nacen bien. A lo largo de la vida pueden desarrollar un retraso mental o una secuela neurológica. Las actitudes humanas en la adultez dependen entonces del cuidado que se recibe de niño. A la psiquiatra le inquieta el futuro de Emma: “en el momento que tome más conciencia de la situación, de que sea señalada o culpabilizada podría entrar en un cuadro depresivo y suicidarse”.

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