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Las peleas de gallos se realizan entre amigos a puerta cerrada
El griterío de los presentes pone el ambiente de competencia. Apostadores y dueños de los gallos aguardan impacientes antes de empezar a comerse las uñas.
Manuel Mosquera es apostador desde hace 35 años y dueño de ‘galleras’, en el cantón Samborondón.
Dice que los gallos son animales ariscos y por naturaleza peleadores.
El costo de uno varía entre $ 500 y $ 2.000, todo depende de cómo ha sido criado y su fuerza.
La comida de estos animales debe ser balanceada para que puedan desarrollar sus músculos de forma máxima. La alimentación es basada en harina de maíz, trigo, garbanzos molidos y lechuga.
John León, dueño de la gallera El Club la Alianza, dice que estas peleas son un “deporte de plumas finas” porque es como ver una de boxeo, donde siempre el más fuerte gana. Asegura que el mejor gallo de pelea es el dominicano, por ser el más agresivo frente a su rival. Tiene un cuerpo sólido y facilidad para aplastar a su oponente.
Mario, criador y apostador, menciona que para conseguir el éxito, el ave debe tener máximo 3 años. “Un gallo viejo se cansa muy rápido y puede perder la pelea”.
Él aconseja en los entrenamientos cambiar el oponente para que aprenda a defenderse de diferentes ataques de sus rivales.
Los adiestradores explican que al momento de comprar un gallo de pelea es importante fijarse en la fortaleza del animal y la raza.
La condición para que entre a una pelea es ser coteja, es decir debe tener la misma talla e igual peso que su oponente. Un gallo pierde por estar herido o por agotamiento.
“No pueden usar espuelas de acero, solo se les permite de hueso o carey”, precisa Édgar Méndez, árbitro de la gallería, quien ejerce esta actividad desde hace 17 años.
La Asociación de Galleros de Samborondón está conformada por 10 gallerías. Ahí se realizan las contiendas una vez a la semana, ya sea sábado o domingo, de 17:00 a 02:00.
Manuel Antonio Méndez Villavicencio, de 74 años, dueño del ‘Club gallístico El Dorado’, es conocido porque en su local se realizan los mejores combates. El valor de la inscripción es de $ 10, y la base para empezar una apuesta mínima, es de $ 50. Los galleros dicen que las apuestas nacen de la confianza que se le tenga al ‘peleador’.
“Aquí más que de la suerte se depende de la preparación del gallo. No te dan garantías en las apuestas. Palabra de gallero es palabra de caballero”, destaca el apostador Danny Mejía. (I)