Entrevista / Javier Fajardo / Director del centro Hogar Crecer
“Las familias por la desesperación se van a cualquier clínica”
Javier es sicólogo clínico y director del Centro Hogar Crecer, en Cuenca, que trata las adicciones en adolescentes. Asegura que la edad promedio para el consumo de drogas inicia a partir de los 9 años. El 80% de los jóvenes que atiende en su centro han tenido problemas por el consumo de sustancias sicoactivas.
¿Qué tipo de drogas son consumidas con más frecuencia por los jóvenes?
Hay mucho consumo de la droga que la conocen como H, que es la heroína (...) la consumen por la facilidad de encontrarla pues la compran en los barrios y dentro de los colegios.
Los muchachos también empiezan a mezclar las sustancias. Por ejemplo, consumen la marihuana con heroína y a esa mezcla la llaman ‘mariachi’; está la heroína con cocaína que la llaman ‘capuchino’. Hay también el consumo del ‘tirado para atrás’ que es cocaína cocinada. Estas sustancias se inhalan y su consumo es alarmante.
¿Qué tan asequible es comprar heroína u otras drogas?
Hay fundas de $ 1 o de 50 centavos que les sirve para jalar una vez. También hay paquetes de $5. Hay estudios que dicen que incluso mezclan sustancias con venenos para ratas o cal.
¿Cómo los padres pueden detectar una posible adicción?
Cuando notamos síntomas conductuales, como la baja de notas, fugas de clase, frecuentar a pocos amigos, también suelen estar retraídos. Primero se debe aceptar la realidad y buscar un profesional que dé un diagnóstico diferencial porque no todos los muchachos son aptos para que se internen. Muchas veces las familias en la desesperación se van a cualquier clínica y los internan sin diagnóstico y eso causa más daño.
Pero, ¿es contraproducente dejarlos en un centro contra su voluntad?
En el caso de los menores de edad es complicado porque se trabaja con jueces, juzgados y con los padres como tal. En el caso de que el usuario no quiera, tiene que buscar alternativas quizás ir a grupos o terapias externas. Ahora los muchachos no pueden ser internados por los padres. Nosotros tenemos que remitirnos a un juez y legalizar los internamientos para que el juez los autorice. Personal calificado de los juzgados de la Niñez y Adolescencia guía en el proceso para los internamientos.
¿Hay suficientes sitios para atender a las personas con adicciones o el número aún es deficiente?
No solo es deficiente sino deplorable. Por ejemplo, en Cuenca, los centros para adolescentes máximo suman 2. En Guayaquil habrá 3, imagínese ahí con la población de consumidores. En general, en Guayaquil habrá unas 140 clínicas, de las cuales 30 tendrán permiso. Si la situación sigue así solo habrá proliferación de más centros sin permiso.
¿Cuánto bordea el costo y la duración de un tratamiento?
El tratamiento es multidisciplinario y dura al menos 6 meses. El costo real que se tendría que pagar sería de $ 700 mensuales, pero nuestros valores son entre $ 400 y $ 500, después de un estudio socioeconómico.
¿Qué es lo mínimo que los centros deben cumplir?
No pueden haber literas por el hacinamiento; debe haber un espacio de al menos 75 centímetros entre las camas. También por cada 5 usuarios es necesario un baño completo, por cada 15 usuarios debe haber un equipo técnico profesional.