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Las escuelas de samba se arman contra el alcalde de Río
Cuando el alcalde evangélico de Río de Janeiro anunció que cortaría a la mitad la ayuda a los desfiles del carnaval, cundió el pánico entre las escuelas de samba. Pero Mangueira, una de las más tradicionales, asumió la “guerra” como un reto y ya prepara su artillería.
“Con dinero o sin dinero, yo disfruto el carnaval” es el título del “enredo” (tema) que la escuela eligió para desfilar en febrero en el Sambódromo, un dardo contra el alcalde Marcelo Crivella y su animadversión cada vez más evidente hacia la fiesta que ha dado fama a Brasil.
“El arma no está apuntada solo al alcalde. Está apuntada hacia el pensamiento del desfile que se distancia, que no ve el carnaval como cultura, que lo ve como comercio”, dice el director artístico de Mangueira, Leandro Vieira.
Con desfiles cada vez más grandilocuentes y ostentosos, el carnaval que las 12 mayores escuelas de samba protagonizan desde 1984 en la avenida Sapucaí se ha vuelto un negocio millonario, lleno de cámaras de televisión y salas VIP, solo apto para el bolsillo de turistas.
Cada “escola” recibió el año pasado 6 millones de reales ($ 1,9 millones) entre subsidios y derechos de televisión, dos de ellos de manos de la Alcaldía. Aunque depende también de patrocinios y generosas donaciones de la lotería clandestina “jogo do bicho”.
Recién asumido, Crivella se negó a entregar las llaves de la ciudad al Rey Momo, el rito que inicia la fiesta, y evitó participar en cualquier acto el pasado carnaval. Y recientemente anunció que, para el primero bajo su gestión, solo entregará la mitad de su aportación total de 24 millones de reales a las escuelas y destinará el resto a guarderías.
En un contexto de grave crisis económica, la medida fue aplaudida por muchos y criticada por otros, porque el alcalde no solo atacó una de las principales atracciones turísticas de la urbe -que genera $ 1.000 millones-, sino que demostró no entender el trasfondo cultural que implica el carnaval, más allá de mujeres ligeras de ropa bailando al son de samba. (I)