El 28% de las mujeres con mayor preparación académica consideran ‘poco necesario’ el examen de citología vaginal o papanicolaou. Este test permite diagnosticar de manera temprana el cáncer del cuello uterino. A pesar de su importancia, las ecuatorianas aún tienen temor de realizarse la prueba. Así se revela en la Ensanut sobre salud sexual y reproductiva (ver infografía).

En el área urbana, el 32,1%  de mujeres no se practica el examen y a nivel de grupo étnico tampoco lo hace el 34,5% de afroecuatorianas y en similar porcentaje de montubias.

La razón para ello, según la ginecóloga Mónica Palacios, es que muchas mujeres creen que por tener solo una pareja sexual no están expuestas a la enfermedad. “Ellas están convencidas de eso y son renuentes a practicarse. Cuando ya tienen la alerta de alguna vecina o amiga que adolece la enfermedad, enseguida se lo practican”, dijo Palacios, quien labora en el Subcentro de Salud de Bellavista de Quito, en el que solo 40% de mujeres que deberían practicarse el papanicolaou lo hace.

“Acá recibimos jovencitas que, para no hacerse el examen, ponen como excusa el tiempo y la falta de citas. Por eso trato de tomarles la muestra en la misma consulta porque si no, no regresan”, comentó Palacios.

Este examen, a nivel privado, tiene un valor promedio de entre $ 10 y $ 35, dependiendo del lugar, pero siempre se necesita una consulta para que el especialista lea los resultados y ordene el tratamiento.

“Es un costo relativamente bajo, considerando los beneficios que representa un diagnóstico temprano de cualquier enfermedad sexual y, sobre todo, de un cáncer que puede terminar con la vida”, dijo la paciente Livia Jácome, de 49 años.

A nivel de salud pública la prueba es gratuita y se hace una vez al año, pero puede ser más seguido si se solicita. “En el mismo examen el médico sugiere practicar un nuevo estudio en 3 o 6 meses para hacer un mejor control de la anormalidad presentada y constatar que hubo mejoría con la medicación”, dijo la doctora Diana Cañizares.

La especialista aclaró que las mujeres de la tercera edad, aunque no tengan actividad o compañero sexual, también necesitan hacerse el papanicolaou. “A mayor edad aumenta la posibilidad de desarrollar el cáncer, y eso no está ligado al hecho de tener una pareja o no”. (I)