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Ecuador, 24 de Febrero de 2025
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El Telégrafo

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La violencia se apodera de las instituciones argentinas

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La violencia se está apoderando en forma peligrosa de las escuelas argentinas. Dos hechos ocurridos recientemente en colegios públicos del Gran Buenos Aires pusieron en alerta a las autoridades educativas en momentos en que los docentes mantienen un prolongado conflicto salarial desde el inicio del ciclo lectivo, en marzo pasado, con huelgas y movilizaciones periódicas.

   El primero y más grave de los episodios sucedió en la escuela 11 Carlos Octavio Bunge de la localidad de Tigre, en la periferia norte de Buenos Aires. Allí, dos alumnos de nivel medio discutieron en el aula sobre cuál banco le tocaba a cada uno. Tras un breve intercambio de palabras subidas de tono, el estudiante Gastón Omar Vega, de 19 años y que cursa el último año, salió de la escuela sin que nadie se percatara de su ausencia. “Ya vas a ver...”, advirtió a su compañero.

   Luego de varios minutos llegó a bordo de un automóvil y con un arma en la mano efectuó tres disparos: dos impactaron en la pared y una ventana del aula y otro en la receptoría.

Antes de disparar, Vega le apuntó al compañero con quien había discutido poco antes. El joven fue detenido más tarde por la policía y fue imputado por abuso de armas y tentativa de homicidio agravado.

   El secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires, Alfredo Cáceres, contó que “el joven entró al curso luego de forcejear a la entrada y de empujar al portero. Cuando entró al aula le apuntó con el arma a un compañero que le gritó: ‘Soy yo al que buscás, mátame a mí’ y le disparó dos veces. Afortunadamente, no logró asestarle ninguno”.

Todos los alumnos y la docente se tiraron al piso para resguardarse.  En la escuela funciona además un colegio primario. 

Otro problema

El segundo hecho ocurrió en la escuela primaria número 46 del mismo municipio de Tigre. Una maestra fue agredida por la madre de uno de sus alumnos de primer grado. La agresión —entre amenazas, algún que otro tironeo e insultos— fue grabada por otra maestra y se hizo viral en las redes sociales.

   “Se fue diciendo que la próxima vez me iba a prender fuego”, recordó la maestra agredida, Eliana Cecilia Romero.

El problema surgió porque la madre de uno de los alumnos de primer grado no retiró a tiempo a su hijo, a pesar de vivir frente a la escuela.

Este comportamiento, según la docente, se repite todos los días. Tras intentar llamarla varias veces por teléfono, finalmente consiguió que la atendiera: “Me dijo que si me quería quedar con el nene me lo quedara, que no iba a venir a buscarlo porque estaba tomando mate (una infusión tradicional argentina)”.

   Al rato la madre mandó a buscar a su hijo con un sobrino menor de edad, pero como no estaba autorizado por la escuela le negaron esa posibilidad. Entonces la mujer repitió el intento con otro sobrino, también menor, con el mismo resultado. Finalmente, salió furiosa para la escuela y agredió a la maestra.

   El video se volvió viral de tal manera que fue noticia principal de diarios y noticieros de televisión. La agresora, que tiene antecedentes penales por secuestro extorsivo, se vio obligada a pedir disculpas públicas, aunque puede ir a prisión por 60 días.

La percepción

Julio Orellana es docente de una escuela en la localidad de San Miguel, en la periferia oeste de Buenos Aires y está habituado a los reclamos airados de padres.

“En un examen de historia aplacé a un alumno de cuarto año de secundaria y a los pocos minutos entró la madre a reprocharme. Me decía quién era yo para no aprobar a su hijo”, relató a EL TELÉGRAFO. “En otra ocasión soporté los insultos de otra madre en la puerta de la escuela”.

   Pero estos hechos de violencia no solo ocurren en la periferia de Buenos Aires. Este año una madre de una niña de 10 años agarró de los cabellos a su maestra por una mala nota en una escuela de la ciudad de Rosario de la Frontera, en Salta, fronteriza con Bolivia. Fue detenida por amenazas y lesiones leves. 

También la provincia andina de Mendoza fue centro de un hecho de similares características. La tía de una alumna de la escuela primaria Coronel Casimiro Recuero irrumpió en el aula, le pegó a la docente y empezó a estrangularla con un pañuelo en medio del griterío de los estudiantes. La profesora quedó desmayada en el piso. El motivo de la agresión fue la pérdida de un teléfono celular de la niña.

Pero la violencia no es privativa de la escuela pública. En el colegio privado San Cayetano de la ciudad de La Plata, 60 kilómetros al sur de Buenos Aires, una profesora de química fue amenazada de muerte, a través de cartas anónimas, en caso de que desaprobara a unos alumnos en una prueba de la materia.

“Si no nos aprobás, te vamos a matar”, decía la misiva que incluía una bala dentro de un sobre dirigida a la profesora María Marta Adam. El hecho sucedió en febrero pasado y conmocionó a la comunidad educativa platense.

 Ante esta situación cada vez más conflictiva, la gobernadora bonaerense, la oficialista María Eugenia Vidal,  impulsa un proyecto de ley que incluye penas de hasta 60 días de cárcel y multas de hasta $ 30 mil (poco menos de $ 2 mil) para familiares de alumnos que maltraten, insulten o agredan a docentes y no docentes en el ámbito de escuelas públicas y privadas provinciales. (I)

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