Las ideas suicidas son mayores entre adolescentes glbti, según un estudio mexicano
“La vida que tendría no valía la pena porque era transgénero”
‘Salir del clóset’ es un término que se usa frecuentemente, pero poner en práctica su significado es complicado porque se trata de exponer los sentimientos.
Alejandra Salgado (nombre protegido) se enamoró de su mejor amiga a los 14 años. La relación en secreto duró 8. Cuando ambas estaban más maduras cuestionaban con frecuencia la idea de compartir la vida juntas y afrontar las críticas de su círculo más cercano.
Nunca estuvieron seguras, incluso buscaron novios al mismo tiempo, lo cual fue un martirio. “Sufrimos mucho. Te puedo decir que uno ama a una mujer o un hombre de igual manera, no importa el género. Nuestra relación era apasionada y por ser escondida con más riesgo, nos mantenía juntas”, dijo Alejandra, quien actualmente tiene 35 años, un esposo y una hija, a quienes les oculta esa experiencia.
Alejandra no fue capaz de afrontar sus sentimientos con su familia. “Me deprimía con frecuencia, lloraba casi siempre y lo más duro es que no podía hablar con nadie. Cuando la relación se tornó obsesiva, me alejé de ella, empecé a sentirme asfixiada. Hace algunos meses supe que vive con una mujer y eso demuestra que a ella dejó de importarle los prejuicios. Aunque amo mi vida, me pregunto cómo hubiera sido estar juntas si dejaba que la relación fluyera”, explicó.
Este tipo de situaciones ocurre con más frecuencia de lo imaginado, no solamente con relaciones homosexuales, sino también con la búsqueda de una definición sexual que no calza con el sexo con el que una persona nació.Precisamente los transexuales, entre la comunidad GLBTI, son los más propensos a sufrir depresión y cometer suicidios.
Los profesores mexicanos Luis Ortiz Hernández y Reyna Guadalupe Valencia estudiaron en 2009 a 9 mil adolescentes. Las ideas suicidas son mayores entre adolescentes GLBTI con el 62%, versus el 45,9% entre heterosexuales.
Sergio David Urrego, un joven colombiano gay de 16 años, es un ejemplo. Se quitó la vida tras ser injustamente acusado de acosar a otro alumno. Sergio Alonso, de 14 años, dejó una carta de despedida y se suicidó en México. Eric James Borges, de 19 años, lo hizo en 2012 por el rechazo de su madre cristiana, que, incluso, trató de exorcizarlo.
El 31 de diciembre de 2014, Josh Alcorn (17) mostró su deseo de vivir como una chica.Los padres cristianos del adolescente de Ohio expresaron su descontento. “En términos religiosos, no apoyamos eso”, dijo a CNN la madre de Alcorn con la voz quebrantada y agregó: “le dijimos que lo amábamos incondicionalmente. Lo amábamos a pesar de todo. Yo amaba a mi hijo”.
Josh no soportó la negativa, se sumió en una profunda tristeza y depresión, hasta que decidió quitarse la vida. Se lanzó a la vía y murió frente a un remolque de tractor en la autopista I-71 del condado Warren. Había planificado ese momento, porque dejó a sus padres una emotiva carta que ahora causa críticas en las redes sociales.
“No estén tristes, es lo mejor. La vida que tendría no valía la pena porque soy transgénero. Para ponerlo de forma simple, me siento una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre y así me he sentido desde que tenía 4 años (...) Luego de un verano de casi no tener amigos, más el peso de tener que pensar en la universidad, ahorrar dinero para irme, mantener mis calificaciones, ir a la iglesia cada semana, decidí que había sido suficiente”, sostuvo en la carta. El joven pidió que se donaran sus pertenencias a fundaciones por los derechos GLBTI.
Para ayudar a los jóvenes homosexuales, entre 13 y 24 años, se creó la fundación Trevor en Estados Unidos. Desde 1998 intenta prevenir la depresión y el suicidio por orientación sexual. Ellos tienen habilitada una línea telefónica manteniendo su derecho a la reserva.
Un estudio de Yes Institute (EE.UU.) reveló que el 33% de los jóvenes que se suicidan en el país son homosexuales. El 50% fue rechazado por sus padres. El 40% de los chicos de la calle es gay o transexual, el 60% es violado y la mayoría requiere atención médica por la gravedad de las lesiones.
Tintes de discriminación
En Ecuador no hay datos específicos sobre suicidios de grupos GLBTI como el caso de Josh, pero sí hay registros de homicidios de estos grupos, lo que demuestra la discriminación. La organización Silueta X difundió un reporte en el que se contabilizan 32 muertes desde 2010 hasta 2014, la mayoría no se ha resuelto.
Además, desde 2012 se denunció en el país que funcionan centros clandestinos para curar la homosexualidad.
En ese entonces, los medios locales recogieron la historia de Denisse (25). Cuando tenía 15 años fue internada en uno de estos sitios, por su madre cristiana, en donde fue violada. “Me aplicaban torturas con electrochoques, no me permitían bañarme durante tres días, casi no me daban de comer, me golpeaban mucho, me colgaban de los pies. Me decían que todo era por mi bien”, declaró la joven.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la homosexualidad no es una enfermedad. Así lo sostuvo la organización desde 1999. Hasta ahora esta condición genera debate al señalar que es genética, heredada o se adquiere con la convivencia social.
Diario EL TELÉGRAFO hizo una encuesta a 10 padres y madres de familia para conocer si apoyarían a sus hijos si tuvieran otra tendencia sexual. El 70% contestó que lo haría. “No tendría el valor para dejarlo solo en una situación tan difícil”; “estaría a su lado para guiarlo a entender su cuerpo”, son algunas de las respuestas. Dos hombres contestaron que no lo apoyarían porque sentirían que les han fallado.
Lo principal es el apoyo
Para la sicóloga clínica María Cristina Ayala, es necesario que la familia busque ayuda profesional, cuando este tema provoque malestar en el hogar.
Sugirió que se practiquen terapias conjuntas e individuales, en las que se dé fortalecimiento al ser humano, seguridad y autoconcepto; “pero de ningún modo para persuadir al niño o al joven para que tenga una determinada identificación sexual”.
Ocurrió lo contrario con el joven norteamericano Josh, quien fue llevado a terapeutas cristianos, que trataban de ‘revertir lo que sentía’, según los padres.
El seguimiento sicológico está orientado no para que se defina un hombre como hombre o una mujer como tal, sino para que se entienda su sexualidad, “para que la viva como él/ella lo ha decidido, quitándose los sentimientos de culpa”, aclaró Ayala.
Datos
4 de cada 5 personas (80%) que mueren por suicidio son varones. Mientras que 3 de cada 4 personas (75%) que intentan suicidarse son damas.
Estos datos constan en un informe de la organización Movement Advancement Project.Además explica que los suicidios aumentan con la edad, solo que este hecho no se visibiliza aún.
Según encuestas estadounidenses, los adolescentes y adultos lesbianas, gays y bisexuales tienen de 2 a 6 veces más probabilidades de intentar suicidarse que sus pares heterosexuales.
Dos principales factores de riesgo de suicidio de la gente LGBTI ocurren a nivel individual como la depresión y experiencias de estigma. También es por la discriminación, que se vincula directamente al bullying o acoso escolar.