La sustancia destruye los tejidos y las mucosas respiratorias
La venta de ácido se hace libremente en Guayaquil
El 17 de diciembre, Daysi Murrieta, de 29 años, debe graduarse de Contador Público Autorizado (CPA). Pero sus planes de celebración se apagaron el 5 de diciembre. Dos días después de festejar su cumpleaños.
La mañana de aquel día alguien golpeó la puerta de su domicilio. Al abrirla, acompañada de sus dos hijas, le arrojaron ácido en la cara y el cuerpo. Desde esa fecha permanece en la Unidad de Quemados del hospital Luis Vernaza, en Guayaquil, bajo un coma inducido. Las menores están en el hospital Roberto Gilbert.
Los presuntos responsables son investigados por la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased).
El ataque que sufrió Daysi, según el coronel Víctor Aráuz, director del organismo, es el segundo que se registra, en lo que va del año, en el puerto principal. El primero, en marzo, quedó grabado por las cámaras del ECU-911. Las imágenes muestran que un hombre le lanza la sustancia a una mujer en la cara y el cuerpo.
Aráuz considera que hace falta mayor control para que no exista la libre venta del químico, pues “es usado como arma”.
En este mes, Luis Fernando García, intendente de Policía del Guayas, informó que realizará controles en los establecimientos de limpieza para evitar el comercio libre de estos productos peligrosos para la salud.
Asimismo, el Consep (Consejo Nacional de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas), que hoy es Seted (Secretaría Técnica de Drogas), tiene a cargo el control de la venta libre de bicarbonato, ácido sulfúrico, muriático, precisamente porque podrían tener una mala utilización.
Un equipo periodístico de este diario constató, en un recorrido efectuado en cinco distribuidoras de químicos y ferreterías de Guayaquil, que el ácido puede ser adquirido fácilmente y a bajo costo.
Los despachadores comercian el litro a $ 1,50 y el galón a $ 6. No piden justificación ni documento. Otros vendedores indican cuál es el ácido más fuerte para limpiar. “No lo debe dejar mucho tiempo, porque le quema la baldosa”.
¿Cómo actúa en la piel?
Wilmer Echeverría, de la Unidad de Quemados del hospital Luis Vernaza, explica que al entrar en contacto con el tejido la persona experimenta quemazón ante la destrucción de los tejidos por corrosión.
En los casos más severos causa quemaduras en las vías respiratorias. La mucosa resulta afectada por el vapor químico. La lesión real aparece después de 48 horas.
John Villegas, jefe del departamento de cirugía plástica del hospital Guayaquil, indica que también reduce el movimiento en las zonas en las que fue vertida la sustancia.
Además -añade- hay impacto psicológico, debido a que llevarán la huella el resto de su vida. “Pese a la recuperación, el tejido no será el mismo. Quedarán secuelas que la ciencia no puede devolver”. El hospital Guayaquil atendió este año a tres personas que les arrojaron ácido, solo uno era hombre.
Mientras que Echeverría recuerda que en el Vernaza se han reportado tres casos en este año y en 2015 tuvieron dos afectados.
Las leyes internacionales
El informe ‘Nuevas expresiones de criminalidad contra las mujeres en América Latina y el Caribe’, de la ONU, advierte que las agresiones con ácido tienden a crecer.
El Tribunal Supremo de la India, país donde se ha repetido esa práctica, restringió la venta del químico y propuso compensar con $ 5.000 a las víctimas.
En cambio, en Colombia entró en vigor la Ley Natalia Ponce (el nombre responde a una joven empresaria que fue una víctima). Los autores de violencia con ácido -o que usan sustancias similares- son castigados hasta con 50 años de prisión. (I)