“La Universidad debe volverse objeto de estudio”

Sandra Araya es docente e investigadora sobre temas de género y educación en la Universidad Nacional de Costa Rica.

Durante el Seminario Internacional de Educación Superior (Quito) reflexionó sobre la inequidad de género que existe en las instituciones costarricenses.

Rescató que la matrícula femenina en la Universidad Nacional se ha equiparado a la masculina; pero las estudiantes siguen escogiendo carreras consideradas ‘femeninas’. “Esto tiene consecuencias en el mercado laboral porque las mujeres que optan por las áreas de educación y las ciencias sociales reciben menor remuneración”, acotó.

Sobre los cargos directivos que son ocupados por mujeres, la experta aseguró que es importante darle una lectura más profunda a esta condición. ”No basta ser mujer para tener una visibilización del género, hay que tener claridad teórica y metodológica para poder resignificar lo que son las relaciones de poder entre mujeres y hombres”, puntualizó.

Para cerrar estas brechas de género, Sandra aseguró que, en primer lugar, las universidades deben hacer un autoreconocimiento de que son producto de una sociedad y un sistema patriarcal, y a la vez son productoras de ese sistema.

A su criterio, solo así podrán identificar las áreas que requieren mayor apoyo e intervención para cerrar la brecha de género. “Cada institución superior tiene que volverse un objeto de estudio”, dice la experta costarricense.

También recomendó trabajar en un lenguaje inclusivo, transversalizar un discurso de género en el currículum y la oferta académica, y definir la proyección de la universidad con la sociedad.

Además dijo que “para cambiar toda esta realidad se requiere fundamentalmente de una voluntad política; si no la hay, los esfuerzos son aislados, son importantes pero pierden impacto”.

Sandra reconoció que un avance en la Universidad Nacional de Costa Rica fue la creación de la Política para la Igualdad de Equidad y Género, para que las propuestas de equidad se lleven a la práctica.