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La UCSG desarrolla proyectos para educar a los no videntes
El Ecuador ha cambiado en los últimos años en lo referente a sus normativas de educación. Uno de los puntos positivos de esta evolución académica es la inclusión de ciudadanos no videntes en las carreras universitarias, un reto para el país y el Gobierno que busca la igualdad educativa, según estipula la Codificación de la Ley Vigente Sobre Discapacidades en Ecuador, una normativa que está vigente desde el mandato de Gustavo Noboa y que fue publicado el 6 de abril de 2001.
La Universidad Católica de Santiago de Guayaquil puso a disposición este tipo de enseñanza.
En la Facultad de Filosofía de la institución existen 3 estudiantes no videntes de los cuales uno tiene una discapacidad severa.
Estos estudiantes también reciben apoyo del Gobierno, que financia parte de sus estudios. Así lo revela la decana de la Facultad de Filosofía de la UCSG, Elba Bermúdez.
Ella indica que existe un proyecto con los estudiantes no videntes y los alumnos de psicología en donde trabajan con textos braille (escritura para no videntes), software con aplicaciones que traducen el texto a audio, o maquetas para poder identificar objetos que ellos no pueden reconocer por su nombre. Eso como parte del trabajo que realizan.
Bermúdez explica también que los estudiantes no videntes deben cumplir con el mismo rigor académico que se les impone a sus compañeros, solo que ellos reciben atención especial porque tienen el seguimiento de un tutor y sus plazos de entrega de trabajos en ciertas ocasiones se puede postergar para otras fechas.
Para que un ciudadano no vidente pueda ingresar a la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil debe ser evaluado por el consejo, además sus lecciones son orales porque es más fácil para el estudiante y los docentes.
Paúl Llontop, de 18 años, y Josué Illescas, de 21, estudian psicología en la Facultad de Filosofía de la UCSG.
Ambos aseguran que dentro del aula sienten un ambiente agradable y que sus compañeros los ayudan en todo lo que pueden. “Estamos satisfechos, no solo por el apoyo que nos brinda el Gobierno, sino también porque la universidad nos abrió sus puertas. Tener capacidades especiales no debe relegarnos de la educación. Se está abriendo camino para que las futuras generaciones sean inclusivas. Tenemos compañeros y docentes que nos tratan igual que al resto, lo que nos llena plenamente de satisfacción”. (I)