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El colectivo aún sufre discriminación
"La sociedad te vende la idea de que ser trans es un chiste"
No hay fotografías de su niñez en la sala de su casa. Las imágenes de personajes católicos las suplen.
Un altar del Divino Niño, con flores amarillas, caramelos, frutas y miel, destacan en la vivienda de Marisol Dumani Mite Galarza, de 32 años. A él se encomienda antes de salir para su trabajo. No es casualidad la presencia religiosa en su vida: cursó la secundaria en la Unidad Educativa Cardenal Bernardino Echeverría Ruiz y en el Colegio Masculino Espíritu Santo.
Marisol, en esa época, tenía cabello corto y castaño, y la apariencia de un niño delgado. Sus compañeros de curso se burlaban. Decían que iba a ser la reina del colegio. “Siempre me había sentido como niña y cuando me decían eso me ponía feliz”, recuerda.
De lo que no se quiere acordar es del nombre de bautizo (masculino) que le dieron sus padres, un 7 de abril de 1984, y que reemplazó por el que lleva hoy.
Marisol es una trans femenina (nació con órganos sexuales de hombre, pero se identifica mujer) defensora de los derechos del colectivo GLBTI y de su inclusión.
Por su determinación, por Decreto Presidencial, fue designada representante suplente del Consejo Nacional para la Igualdad de Género. Es la primera trans que ocupa el cargo.
Desde esa instancia -comenta- quiere que los demás miembros del colectivo no experimenten situaciones como las que vivió.
Por ejemplo, llevó una doble vida en las universidades donde estudió (Tecnológico Espíritu Santo, Ecotec y Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil). En todas -cuenta- se ocultó dentro de una camisa, pantalones anchos y zapatos de hombre. También escuchó comentarios como: “Los maricas no estudian”. Al final se graduó en la carrera de Mercadotecnia.
Como suele ocurrirle a los miembros del colectivo, el enfrentamiento con los familiares termina en rechazo. Su familia -cuenta- se negó a respaldar su decisión (su padre es abogado y su madre profesora de colegio). Siempre estuvo consciente -reconoce- que para su madre sería difícil salir a las calles con una hija trans. Era un choque para el vecino y la señora de la tienda.
“La sociedad te vende la idea de que el trans es un chiste”.
Para su hermana Mónica, de 24 años, fue duro aceptar el cambio de género de su hermano. Cuando tenía 10 años lo descubrió. “Había leído que para Dios eso era un pecado, pero luego entendí que te acepta tal y como eres, no dejas de ser su hijo por hacer lo que sientes”. Ahora son cómplice de sus salidas al cine, a las discotecas y los viajes.
La trans Geovanna Pérez fue la tutora de Marisol en su proceso de cambio físico. Compartieron departamento durante 6 años. “Admiro de ella sus ganas de superarse. Todo lo que se propone lo cumple”. Aprendió a no temer a las miradas de rechazo. Laboralmente sufrió falta de inclusión y discriminación. Repartía su hoja de vida, como volante, sin resultados.
La transgénero Diane Rodríguez, presidenta de la Federación Nacional de GLBTI de Ecuador, recuerda que se conocieron cuando eran chicos. Trabajaban como cajeros en un conocido banco de Guayaquil.
Según Rodríguez, después de que la despidieron empezaron a trabajar en el proyecto de Silueta X (que defiende al grupo). “Ella siguió en el banco, pero nunca descuidó los planes que teníamos. Por todas las contribuciones que ha hecho como activista, es justo el cargo que el Presidente de la República le otorgó”.
Marisol ha laborado en el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Ecuador, Ministerio Coordinador de Desarrollo Social y hoy es analista de la Dirección Zonal de Educación Especializada e Inclusiva en el Ministerio de Educación. “Mi lucha consistirá en que no seamos subestimados y que seamos incluidos”. Aún acude a las misas. (I)
DATOS
Estudió la primaria en el Instituto Particular Abdón Calderón (IPAC).
Vivió parte de su infancia en la Saiba, en el Sur de Guayaquil, y en la actualidad reside en el norte.
Tiene dos hermanos menores. Su madre es docente.
En 2004 empezó el proceso de transformación. En 2012 hizo los cambios de nombres.
Hace cuatro años se graduó como licenciada en Mercadotecnia en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil y tiene entre sus planes cursar una maestría.
Es vicepresidenta de la Asociación Silueta X y coordinadora de Comunidad Futura.