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La provocación como denuncia

Con carteles, música y proclamas, centenas de personas marcharon hasta la Plaza Foch  donde se desarrolló el ‘Festival Emputado 2014’. Foto: ANDRES DARQUEA | El Telégrafo
Con carteles, música y proclamas, centenas de personas marcharon hasta la Plaza Foch donde se desarrolló el ‘Festival Emputado 2014’. Foto: ANDRES DARQUEA | El Telégrafo
31 de marzo de 2014 - 00:00

Hace 3 años cuando un policía de Toronto pronunció en público la frase: “las mujeres deben evitar vestirse como putas para no sufrir violencia sexual”, nadie imaginó que la indignación traspasaría las fronteras y serviría de combustible para avivar la lucha contra los prejuicios, los estereotipos, la violencia velada o explícita hacia las mujeres y la creencia de que las  mismas mujeres ‘provocan’ las agresiones.

Esa frase motivó que millones de personas en el mundo alzaran su voz de protesta. En Ecuador y por tercer año consecutivo,  la ‘Marcha de las Putas’ recorrió las calles de Quito. En el trayecto de 11 cuadras, desde el Arco de La Circasiana en el parque El Ejido hasta la plaza de la calle Foch, la palabra ‘puta’ -sin referencia a prostituta- retumbó una y otra vez en los oídos de  manifestantes y transeúntes. 

La ‘mala’ palabra, como es considerada por algunos, sirvió como identificación de orgullo y rebeldía y, para decepción del policía de Toronto (y de otros tantos), mujeres de todas las edades llevaban diminutas faldas, amplios escotes y ‘puta’ escrito en sus pechos y frentes.

“Nos asumimos putas, nos vestimos putas, alzamos la voz de putas, nos reconocemos colectivamente como putas. Todas putas, todas”, coreaban mujeres y personas transgénero. Así pretendían recordar las múltiples ocasiones en las que se describe a una mujer como puta por haberse hecho la ligadura, por vestir provocativamente, por proponer sexo, por abortar, por salir sola, por pedir el divorcio, por tener más de una pareja, por salir a trabajar, por no ser ‘puras y virginales’ (ni parecerlo), como señala el ‘Manifiesto Marcha de las Putas Ecuador’.

‘No más niñas violadas’

“¿Por qué escandalizarnos por una palabra? Hay tantas muertes y tanta violencia, y eso no es escándalo”, señaló Vanessa Guevara, una estudiante de Psicología de 28 años, quien acudió a la marcha con su esposo, Elvis Morales. Ella eligió escribir en el cartel que portaba: “No más niñas violadas por sus familiares”. No era casualidad. Cuando tenía 4 años un tío que vivía en su casa intentó violarla. “Lamentablemente no se pudo hacer nada para apresarlo, pero ahora alzo mi  voz por otras niñas y por las mujeres que viven con miedo”, dijo Guevara.

A la protesta se suman cada vez más hombres. “No es una cuestión solo de mujeres. Los hombres deben apoyar y dar una respuesta”, reclamó Adrián Proaño, un   estudiante de Biotecnología de 20 años.

El aborto, un tema pendiente

Al son de tambores y en medio de proclamas a favor de los derechos sexuales y reproductivos, los manifestantes reconocieron avances, como por ejemplo la inclusión en el  Código Penal del feminicidio como delito, aunque admitían la persistencia de la violencia cotidiana no solo contra las mujeres sino contra gays, lesbianas, bisexuales, transgéneros y transexuales. Hace unos meses las autoridades y la sociedad descubrieron con asombro la existencia de ‘clínicas de rehabilitación’ para homosexuales. Además, las cifras de violencia siguen siendo alarmantes. Según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 6 de cada 10 mujeres sufren violencia de género y el 90% de las mujeres casadas o unidas que ha sufrido violencia no se ha separado de su pareja.

En México una mujer es asesinada cada 6 horas, en Colombia cada 2 días. Y otro dato revelador: una reciente encuesta gubernamental en Brasil mostró que el 58% de entrevistados cree que “si las mujeres se sabrían comportar, habría menos violaciones”.

Ana Almeida, coordinadora de la ‘Marcha de las Putas Ecuador’, recalcó la importancia de la manifestación que “es en contra de la violencia como un sistema donde hay instituciones y personas que violentan a otras personas”. Desde hace 3 años la ‘Marcha de las Putas’ y otros colectivos realizan reuniones los miércoles y sábados en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito para promover discusiones, reflexiones, planear estrategias de incidencia en el espacio público y en la política. El derecho al aborto es una pelea que seguirán dando, anunció Almeida. “Exijo la separación entre mi vagina y el Estado” o “De mis ovarios saquen sus rosarios”, se podía leer en varios carteles.

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