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La pasión por los tuning va más allá de la afición
El tuning, que muchas veces es visto por la sociedad como un simple pasatiempo, no es otra cosa que una afición desmedida por mejorar la apariencia de un automotor.
Joseph Martínez, director de Ecuador Tuning Show, empresa que desde hace 10 años realiza eventos en los que intervienen carros tuneados, asegura que cada actividad que ellos desarrollan es para proteger la inversión de quienes se dedican a este pasatiempo.
“Logramos que los clubes que comparten este fanatismo se interesen en competir”, comentó Martínez.
La actividad tiene varias modalidades: novato, intermedio y profesional. Estas, a la vez, pueden competir en 2 categorías: estética (modificación del vehículo interior y exterior) y audio.
El incentivo que se les otorga a los ganadores es una copa, con el fin de motivarlos para un próximo desafío.
El objetivo de estos eventos es obtener la atención de las autoridades y fomentar el turismo. Para llevarlos a cabo se requiere de un espacio en donde se pueda correr sin limitaciones.
Álex Álava Kuffó, juez calificador, comentó que ya es hora de que los hobbies rompan los moldes tradicionales. “Nos hemos entrampado en el fútbol, baloncesto, voleibol y el tenis. Necesitamos tener otro tipo de pasatiempos”.
Para ser juez, Álava aprendió varios parámetros, ya que debe evaluar cada auto modificado y, por ende, al final pueda dar su veredicto para la entrega de trofeos a los ganadores.
Marcelo Viteri, propietario del almacén de accesorios para vehículos La Casa de la Alarma, dice que las modificaciones varían entre
$ 1.000 y $ 6.000.
“Yo fomento el tuning a través de mis clientes. Les ofrezco garantía en los productos. Además, les sugiero que cada vez que compren algún accesorio lo hagan instalar en el mismo almacén, porque algunos pueden llegar con defectos de fábrica. Esta pasión es muy grande y crece cada vez más en el país”. (I)