La ong greenpeace inició una expedición solo de mujeres
La meta es proteger al menos el 10% del Ártico
La zona del Ártico que comprende Groenlandia, Islandia, Noruega, Suecia, Finlandia, Canadá, Rusia y EE.UU. está en riesgo. Así lo ha manifestado la organización Greenpace en los últimos 3 años.
El calentamiento global y la actividad humana sin regulación estarían causando un daño irreversible que evidencia deshielo, reducción de la superficie del Polo Norte y migración de especies.
El pasado 8 de abril, la organización Greenpeace inició con la expedición Mujeres por el Ártico, junto a la actriz Elena Anaya, la medallista olímpica Gemma Menguall, varias expertas científicas y una cantante indígena local de Sami.
El propósito es solicitar la protección del Polo Norte e incidir ante los gobiernos para que en junio de este año, con la suscripción del convenio internacional Ospar se asegure la primera área marina protegida de la zona del Ártico.
Pilar Marcos, coordinadora de la campaña de Ártico de Greenpeace, aseguró que esta campaña es clave. “El océano Ártico es el más desprotegido de nuestro planeta. El 2015 es un año crucial porque podemos conseguir que el 10% del Ártico sea protegido, lo que equivale a la mitad de la superficie de España”.
La experta además responsabilizó a la industria y a las petroleras que operan en la zona como responsables de cierta manera de la modificación de temperatura en el Ártico. “No podemos permitir que se lleven lo que es de todos. El Ártico debe ser considerado patrimonio cultural”, dijo.
La Organización Green Facts, detalla que algunos de los cambios que ya se empiezan a observar en este siglo contemplan temperaturas medias anuales que aumentan entre el 3 °C y 7 °C, especialmente en meses de invierno. A futuro, esto provocaría el desprendimiento de grandes zonas de hielo que aumentarían el nivel del mar hasta en 5 centímetros. Además, esto se suma al aumento de precipitaciones en más del 10%.
¿Y si el mar crece, cómo impactaría al planeta? En el mundo existen poblados costeros que se verían afectados con inundaciones constantes que provocaría la pérdida de flora y fauna aledaña. También se produciría otros impactos en la emisión de gases de efecto invernadero y la migración de especies locales. (Ver infografía).
La zona del Ártico, aunque parezca un sitio carente de vida, no lo es. De hecho en ella viven peces, mamíferos como los osos polares, centenares de aves, y también seres humanos que suman los 4 millones.
Fernando Félix, Coordinador Técnico Regional del Plan de Acción de la Comisión Permanente del Pacífico Sur, dijo a EL TELÉGRAFO que la fauna tendría un fuerte impacto. “No sabemos si los animales se adaptarán a los cambios o evolutivamente están preparados para ello. Solo cuando viene el fenómeno del niño, en Galápagos mueren 2 generaciones de lobos marinos y aves que viven de las aguas frías como los pingüinos”, dijo.
Félix considera que la situación de deshielo en el Ártico no debe ser solo analizada como resultado de los efectos del cambio climático, sino también debe considerarse cambios cíclicos naturales que han ocurrido hace muchos siglos o analizar a los 2 juntos. “Yo soy un crítico del cambio climático porque es el mejor pretexto que hay en este momento para encubrir el mal manejo de recursos naturales y la mala gestión de administradores, por ejemplo, en el tema de la pesquería”, asegura.
A su criterio, este tema también debe analizarse desde una perspectiva de intereses. Si el hielo se derrite en el PoloNorte, las grandes industrias navieras podrían usar esa ruta para sus negocios y dejarían de hacerlo por el Canal de Panamá. Por ello concuerda en que esta zona debería ser protegida como lo es el Antártico, al sur. Si bien dice que no hay legislación de aguas internacionales en la zona, cree que cada uno de los países podría crear un instrumento vinculante para el manejo de la zona. (I)