La educación general básica registra 1’046.325 estudiantes en la sierra y amazonía
La jornada inaugural del primero de básica se vivió entre recuerdos (Galería)
Acostumbrada a los papeles, lapiceros y colores, María de los Ángeles Checa se inquietó cuando leyó que en la lista de útiles de la pequeña Paulita figuraban las ‘pinturas fashion’. Jamás en sus 36 años de vida escuchó aquello, pero cuando indagó supo que ese tipo de pintura sirve para dar a la tela un color más perdurable y llamativo.
Tomada de la mano de su niña de 5 años, que ayer ingresó a primero de básica en la Unidad Educativa Perpetuo Socorro (centronorte de Quito), María de los Ángeles retrocedió en el tiempo y recordó el día inicial de su educación. En ese entonces el actual primero de básica se conocía como kinder, no era obligatorio cursarlo y lo más novedoso que había era el ábaco y los mullos.
“Yo fui directo a la escuela y a diferencia de hoy, los maestros eran más estrictos y no permitían que los padres acompañen a los pequeños en el primer día y en esa época casi todas las mamás eran amas de casa y nos esperaban con el almuerzo listo. Hoy los tiempos cambiaron y en lo personal me duele no recibir a mi hija cuando llega”, dice.
María de los Ángeles también destaca la seguridad y hasta independencia que tienen los niños, porque desde temprana edad ya están en centros infantiles.
“Aunque todavía hay pequeños que lloran el primer día, la mayoría se separa con tranquilidad de sus padres y va al aula con la maestra. Antes creo que el 90% de los niños llorábamos al inicio”, recalca.
Para Galo Garcés, padre de Francisco de 3 años, el cambio radical que ha experimentado la educación está en la tecnología. En su época escolar, hace 3 décadas, no tenía una computadora o celular.
“Los pequeños de esta época son más despiertos, muy hábiles con la computadora, yo no sé si a mi hijo le enseñaron a manejar el celular, pero sabe exactamente qué hacer, me deja impresionado cada día”, menciona Galo, quien considera también que la evolución digital y todos los implementos educativos con los que cuentan desde pequeños mejora su desarrollo.
Jenny Moreno acompañó ayer a su hijo Martín a la inauguración del año lectivo en una institución pública. Durante el viaje de su casa a la institución el pequeño disfrutó de algunos juegos en la tablet.
“Creo que la tecnología ayuda mucho, entretiene y educa, pero siempre se requiere de una vigilancia, sobre todo cuando hay internet porque ahí uno encuentra cosas buenas y malas. No se puede dejar al pequeño ante algo que puede resultar una bomba de tiempo”, cuenta Jenny.
Hoy es común observar a los niños de 2 años pintar formas en los dispositivos táctiles o un pequeño de 3 años rellenar con facilidad un dibujo con solo hacer unos clics. Es más los pensadores, como Manuel Castells, hablan de un ‘nuevo sensorium’, donde los niños aprenden y perciben el mundo de una forma distinta a sus padres.
Pese a ese avance, los padres y maestros concuerdan que hay actividades que jamás podrán ser sustituidas por la tecnología.
“Un correcto desarrollo de la motricidad fina y gruesa en los infantes solo se logrará con un contacto directo, con la experiencia propia de tomar en su mano objetos o materiales para que pueda distinguir y aprender texturas”, puntualiza la parvularia Adriana Bastidas.
Con el iPad en clase
En varias instituciones educativas, en especial las particulares, el uso de dispositivos tecnológicos es más frecuente. Algunas cuentan con plataformas en línea que permiten a los estudiantes desarrollar sus tareas en formato digital y ocupar menos tiempo del que les tomaría hacerlo en una hoja de papel.
“No podemos quedarnos al margen del avance tecnológico, porque presenta muchas facilidades, pero también creo que ha hecho a los estudiantes más cómodos. En muchas ocasiones solo copian y pegan sin tomarse el trabajo de ir a una biblioteca”, reconoce Alfonso Algora, director general del colegio internacional SEK de la capital.
La institución mencionada es una de las pioneras en la implementación del iPad en la educación. Manejan el software de los programas Educar de México. Además cuentan con pizarras digitales.
Los pequeños desde los 2 años tienen acceso a estas plataformas y, según la profesora Gabriela Murillo, la concentración es mayor.
¿Podrá la tecnología desplazar algún día a los libros de papel o la escritura? Eso es algo que los docentes consultados no desean, pero que tampoco pueden predecir.