La heteronormativa sexual
La vida es como es y no como la gente cree que es. Si nos sujetamos a la heteronormativa sexual entonces decimos que en el mundo hay machos y hembras, lo cual está determinado por los genitales, que estos machos y hembras se atraen mutuamente y que no existe nada fuera de este modo de entender la sexualidad humana. Pero en la práctica, en la vida y en la realidad misma esas son cosas que no siempre suceden.
Hay mujeres que andan con el pelo corto, que se ponen pantalones, que no cumplen los roles tradicionales asignados a la mujer, y también existen mujeres que, además, se sienten atraídas por otras de su mismo sexo. Así también hay hombres cuyas conductas o apariencia no se circunscriben al rol tradicional, a la estética masculina.
La heteronormativa sexual es querer clasificar al mundo como no es. Pero como las cosas son diferentes a la norma, se acude a la refutación, descalificación, el ostracismo social, la idea del pecado y la condena de toda conducta fuera del discurso dominante.
Actualmente ningún sexólogo, psicólogo o entendido en el tema dice que solo existen hembra y macho y que la orientación sexual heterosexual es la única posible. Esto solo lo puede decir un párroco, un cura, un pastor evangélico, pero eso no constituye ningún criterio científico.
Respecto a las afirmaciones sobre ideología de género, debemos hablar, no de ideología de género, sino de estudios de género.
Se trata de un conjunto de disciplinas interrelacionadas: historia, política, sociología, psicología, economía, etc., el estudio de estas nos hace entender cómo a lo largo de la vida de la humanidad la mujer ha estado sujeta a discrimen.