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Pablo Moreno, subdirector académico de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR)
“La formación online es una necesidad actual y tiene calidad”
¿A qué responde la necesidad de fortalecer la instrucción superior en línea?
A medida de los cambios, todo se digitaliza en el mundo, la formación de la gente se queda obsoleta muy pronto. El alumno que ya trabaja y que tiene esposa e hijos no puede acudir a una universidad en la mañana o tarde, todos los días de la semana. Él necesita otros formatos, unos más flexibles y que se adapten a sus necesidades.
Ahora mismo hay una tendencia de las universidades presenciales a tener estudios en línea. Es una necesidad que transmite la sociedad. Aquellas instituciones que no se hagan eco de ella se quedarán rezagadas. Casi todos los centros en España y aquí quieren empezar estudios en online.
Se cree que un profesional graduado a distancia o en línea no tiene una buena preparación ¿Cómo cambiar esa idea?
Estamos conscientes de eso, y por ello abordamos esa arista durante el congreso, porque nos interesa cambiar ese imaginario entre quienes buscan obtener su título de tercer o cuarto nivel.
La educación online no se limita a tener o subir ciertos contenidos a una plataforma web. Ofertarla requiere de múltiples herramientas tecnológicas, pero también académicas y pedagógicas.
¿A qué tipo de herramientas se refiere?
Hablamos de un modelo de calidad bien estructurado que requiere docentes capacitados. También se necesita un contacto entre estudiantes y profesores (así sea virtual). A estas herramientas se suma la tecnología, me refiero a una plataforma que facilite y garantice esa conexión, a pesar de la distancia, los cambios de horario y los tiempos de cada uno de los actores de la comunidad educativa.
UNIR (Universidad Internacional de la Rioja) por ejemplo, tiene dos grandes pilares: clases online en directo y tutorías.
El primero no es contenido que se encuentra en la web, son clases que dan nuestros profesores, pero que los alumnos acceden a ella a través de internet.
En el segundo, los alumnos están acompañados por un tutor que hace un seguimiento detallado del trabajo del estudiante.
Otro inconveniente para quienes optan por esta formación es que sus títulos no son reconocidos. ¿Cómo enfrentar eso?
Cada universidad es certificada en su país. Nos sometemos a los mismos controles que las instituciones presenciales. Incluso con niveles de exigencia mayor porque tenemos que demostrar lo mismo que tiene un centro presencial. Nuestro título tiene el mismo valor, porque lo certifica el panel que también lo hizo con el presencial.
En Ecuador se anunció, hace pocos días, la creación de una universidad en línea. ¿Qué necesita un centro de educación superior para abrir esta oferta?
Tener capacidad tecnológica de alta disponibilidad. No puede ser un pequeño servidor; debe contar con centros de datos desde donde se sirva el contenido. También faltan plataformas aptas para la emisión de las clases en directo y que se queden grabadas para que los alumnos accedan a estas cuando las necesiten. Se imparten más de 1.600 clases online semanalmente en la UNIR. Tenemos más de 26.000 estudiantes del mundo. También se requiere de una inversión significativa y detrás de ello un equipo serio y profesional.
¿Cómo se asignan a los docentes? ¿Tienen una formación específica para dar clases online?
Los docentes son pieza clave. Ellos están a la vanguardia de las tecnologías y las usan. Se trata de una metodología de enseñanza con maestros y titulaciones acreditadas, con la que se transmiten conocimientos prácticos y reales para que los alumnos los apliquen, una combinación que puede lograrse perfectamente online. En Ecuador cientos de personas se forman con nosotros. (I)
Universidades mantienen pendiente la investigación
Ante más de 500 asistentes y 20 rectores de universidades europeas y regionales, expertos nacionales e internacionales debatieron dos días sobre el estado actual de la educación en América Latina.
El espacio fue el Congreso Internacional de Educación Superior de Calidad en el Espacio Latinoamericano organizado por la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).
José María Vázquez, rector del centro de estudios, indicó que al contrario de lo que sucede en otras entidades como las empresas, “en la alma mater la calidad no mejora con la competencia, sino colaborando y tiene que ver con el objeto de la institución académica, que es la difusión de la verdad”.
Jaume Pagés, en la conferencia inaugural ‘El espacio iberoamericano del conocimiento, marco de colaboración universitaria’, señaló que en cuatro décadas la matrícula universitaria pasó de 1’800.000 alumnos por contar, en la actualidad, con 22’000.000, lo que ha “desbordado todas las previsiones”.
Aunque el académico resaltó la cobertura alcanzada, hizo hincapié en que falta trabajar en investigación.
Aseguró que solo 86 centros superiores de América Latina merecen el calificativo de ‘universidad de investigación’.
Se refiere a los centros que en los últimos cinco años publicaron cerca o más de 3.000 artículos científicos. (I)