La entrega de viviendas es el inicio de comunidades sanas y sin violencia

“Las paredes y el techo de una casa no configuran un hogar, este se construye desde la familia y las oportunidades que generamos para mejorar su calidad de vida”, indicó Rocío de Moreno, presidenta del Comité Plan Toda una Vida.

La ayuda que reciben las familias de las personas con discapacidad, enfermedades catastróficas y en situación de riesgo que viven en Socio Vivienda 3 no termina con la entrega de la vivienda, esta es la puerta de entrada para el apoyo integral que recibirán como parte del programa Fortalecimiento Comunitario.

“En este sentido la vivienda se convierte en un medio y no en un fin. Es el puente para que los hogares, al no tener que pagar un arriendo, puedan financiar otras necesidades. Experiencias anteriores, tanto nacionales como extranjeras, demuestran que una vivienda sin un trabajo comunitario no solo es insuficiente sino contraproducente”, enfatizó Rocío de Moreno.

“Qué alegría haber retomado las mingas, realmente es una actividad que llena el corazón, porque permite compartir, conversar, conocer los problemas y también los sueños del vecino”, dijo el presidente de la República, Lenín Moreno. Y así, hombro a hombro, juntando las manos, los más de 200 beneficiarios del proyecto Socio Vivienda 3, ubicado en el noroeste de Guayaquil, se unen para trabajar en los jardines y sitios de recreación.

Junto a los gestores de comunidad de la Secretaría Plan Toda una Vida y del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) comienza un trabajo previo de socialización con niños y adultos para fortalecer los lazos entre los nuevos vecinos, que las familias se conozcan, se involucren con su nuevo entorno y aprendan a valorarlo como suyo.

José Burneo, uno de los beneficiarios, comparte esta iniciativa y colabora, en compañía de sus vecinos, en la elaboración de juegos infantiles para aproximadamente 50 niños que viven en este proyecto  hace dos meses. De color verde y blanco pintan las llantas que colocan en una pequeña área verde para crear este espacio de recreación.

“Estamos aprendiendo el vivir en comunidad, esta es una actividad para conocer a los vecinos, hacer amistades y trabajar para sacar adelante el conjunto”, acotó Burneo.

Con palas y escobas recogían los escombros y barrían las zonas comunales que benefician a todos; en esta actividad participaron las mujeres, la mayoría es de madres que cuidan niños con discapacidad. Y otro grupo recibió vacunas de las brigadas del Ministerio de Salud que llevaron para  darles atención médica y actualizar el carné de vacunación.

“Queremos que las familias sientan y evidencien que las instituciones del Estado trabajan en conjunto para su bienestar, que cuenten con este acompañamiento y que sean atendidas”, indicó Lady Hernández, directora de Coordinación con la comunidad de la Secretaría Plan Toda una Vida.

Es precisamente con este objetivo, que el viernes 16 de marzo se realizó el primer encuentro con los propietarios de Socio Vivienda 3, la Secretaría Plan Toda una Vida y el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda.

Como primer punto se realizó un diagnóstico situacional y el reconocimiento de la comunidad y sus habitantes. Luego se dividió a los beneficiarios en grupos para que, a través de un taller, puedan exponer sus necesidades a las entidades del Estado y se generaron compromisos en función de las peticiones.

Los hogares además fueron visitados por las brigadistas ‘Las Manuelas’ que iniciaron una intervención para entregar una ayuda integral a las familias de personas con discapacidad. “Según sus requerimientos se trasladan las necesidades a los diferentes ministerios, como Justicia, Salud y Educación para que participen e intervengan para solucionar los problemas identificados”, contó Gissela Moreira, coordinadora de ‘Las Manuelas’ de Guayas.

Otro punto importante es la generación de emprendimientos como alternativa para mejorar la situación económica de estos hogares. En Socio Vivienda 3 hay diversos emprendimientos como el de Federman Martínez, un hombre de 64 años, que por su discapacidad no puede trabajar. Sin embargo, elabora productos de limpieza y perfumes que los distribuye entre sus vecinos.

A esta idea de negocio se suma el que emprendió José Burneo, quien padece de una enfermedad degenerativa de la columna, pero al ver que necesita mantener a sus dos hijos  se ideó una manera para elaborar diversos muebles con palets reciclados. “Realizo mesas, sillas, cunas y todo lo que me solicitan los clientes, así mantengo a mi familia”, acotó.

“Es fundamental incentivar en las familias procesos de formación y de capacitación en oficios y en actividades que puedan realizar para mejorar su condición socioeconómica. Nuestra prioridad es la población que se encuentra en situación de pobreza y vulnerabilidad”, dijo Rocío de Moreno.

Carlos López, gestor social del Miduvi, efectuó un trabajo directamente con varios beneficiarios para conocer su realidad. “Hay familias que no tienen cómo sobrevivir, que están en extrema pobreza, por lo que se busca generar opciones y ayuda para que puedan salir adelante”, indicó.

Este trabajo comunitario paulatinamente se incrementa  a escala nacional en todos los conjuntos habitacionales del Plan Casa para Todos. Anteriormente ya se trabajó en el proyecto Ceibo Renacer en Manta, San Alejo en Portoviejo y en Huarcay, en el sur de Quito. (I)