La diversidad se manifestó en la avenida Amazonas
A diferencia de otros días, la tarde del sábado el sol irradiaba en el norte de la capital. A la vez, un viento frío golpeaba en las calles, alborotando algunos cabellos y las diminutas faldas que desfilaban por la avenida Amazonas.
Ese mismo viento, como un eco, dispersaba los colores del arcoíris que representaba a cientos de voces exigiendo igualdad: banderas, plumas, máscaras y trajes alucinantes copaban la calzada, ante la mirada curiosa de algunos transeúntes que eran testigos de la conmemoración de los ocho años de lucha por los derechos de la comunidad GLBTI (gay, lesbianas, bisexuales, transexuales, travestis e intersex).
Alrededor de 2.500 personas -entre quienes también estaban heterosexuales- participaron en la Marcha del Orgullo Gay, cuya primera edición se realizó en 2005 para visibilizar a quienes tienen una orientación sexual diferente a la convencional y que por ello no pueden ser discriminados, es decir, también tienen derechos.
“Tu y yo somos iguales” fue la voz que retumbó en la marcha, cuyo distintivo fue su alegría, que en algunos momentos se veía ilustrada en manos entrelazadas y besos esquivos.
“Hoy vine a la marcha a apoyar a mi hermano. Es la primera vez que participo, pero quiero que él sienta que estoy a su lado y, sobre todo, que lo amo tal y como es. Puedo decir que tengo al mejor hermano del mundo”, comentó Camila, mientras caminaba junto a Esteban por la avenida Veintimilla. Ambos sostenían en sus manos globos de colores y carteles que decían “igualdad”.
La música electrónica acompañaba la marcha y encendía más el ánimo de los participantes. Muchos de ellos lucían atuendos llamativos, ya sea por sus colores o porque representaban a personajes destacados en el cine como Lord Vader de la Guerra de las Galaxias.
Tampoco era extraño ver grupos de cuatro a cinco personas usando solo pantaloncillos blancos o negros, mientras que el resto de su cuerpo exhibía una gama de colores: amarillo, verde, naranja, azul, violeta y rojo.
DATOS
La Marcha del Orgullo Gay se realiza en varios países del mundo durante los meses de junio y julio.
Los disturbios de Stonewall, en los EE.UU., fue uno de los procesos GLBTI por la lucha de sus derechos, pues a finales de los años setenta la policía neoyorquina realizaba redadas para apresar homosexuales con el visto bueno del gobierno estadounidense.
El Ministerio de Derechos Humanos y Cultos estuvo presente en la Marcha del Orgullo Gay de este año.
Fundación Equidad e Igualdad de Derechos ¡YA! organizaron el eventoEl desfile, para quienes no están familiarizados con el tema, podía ser comparado con un carnaval. Los carros alegóricos decoraban las calles con enormes mariposas, colibríes, girnaldas, globos y sombrillas multicolor que volaban entre los asistentes. A la vez, una extensa bandera representativa de la comunidad GLBTI se extendía por la calle sujetada por más de diez personas que gritaban: “Mi afecto no te afecta”.
En la avenida Amazonas nadie podía oponerse a la diversidad, pues la marcha representaba a esas “otras” formas de ver y sentir el mundo, expresadas en decenas de parejas con tomarse de la mano, abrazarse, acariciarse e incluso decirse un “te amo” sin recelos.
Ese fue el caso de Miguel y Edison, quienes caminaron tomados de la mano durante las casi dos horas de trayecto, hasta concluir con un beso como un premio a la jornada cumplida. “Sabemos que lo nuestro es amor y que nos amemos no afecta a nadie. Era imposible que hoy no estemos aquí si hace un año en esta misma marcha nos conocimos. Solo queremos respeto y tolerancia porque no hacemos daño a nadie”, expresó Edison.
A medida que avanzaba la marcha, más personas se sumaban y quienes solo observaban expresaban su respaldo con aplausos. Pero por su versatilidad y arte para transformarse, los drag queens llamaron la atención de la gente. Con estridentes y sexys atuendos, y usando zapatos de tacón extra alto, desfilaban con elegancia.
Sus rostros develaban colores fuertes, como su ímpetu, y extensas cabelleras moradas, rubias, rojas, castañas... Y un toque de belleza perfecta se evidenciaba en unas largas pestañas y labios simétricamente delineados que destacaban amplias sonrisas.
“Son reinas, hermosas, no hay nada más seductor que ellas”, comentó José Arregui, un turista argentino que asistió a la marcha. Arregui dijo que el Ecuador es un país bastante adelantado en el tema de derechos humanos y respeto a la comunidad GLBTI.
Una gran tarima se instaló en la Plaza Foch, donde concluyó la marcha. En el sitio habían más participantes que esperaban con ansia disfrutar del show que cerraría con broche de oro la jornada. En las calles Juan León Mera y Foch la fiesta continuaba encendida.
Ana, de 48 años, caminaba con una bandera arcoíris con la frase “Yo soy Ecuador” inscrita en la tela. Ella es madre de Estefanía, quien también participaba de la marcha. “Creo que nuestra responsabilidad como padres es amar a nuestros hijos. No niego que cuando Estefanía me dijo que tenía una pareja y que era otra mujer me asuste, pero también me di cuenta de que ella es la misma hija que crié con amor, que ahora es una gran profesional y es feliz junto a su novia. Creo que ellas serían, en el futuro, excelentes madres. Por eso estoy aquí celebrando con ella, al igual que otras madres, y exigiendo respeto”, manifestó.
Este año la Marcha del Orgullo Gay contó con más participantes que en años anteriores, una muestra de que cada vez hay mejores condiciones para vivir en comunidad.
En el 2005 se realizó en Quito la primera Marcha del Orgullo Gay como una forma de respetoEfraín Soria, de la Fundación Equidad, comentó que la marcha es una demostración pacífica para exigir los derechos de la comunidad GLBTI. “Nuestra comunidad cree en la cultura de paz. Creemos que los grandes cambios no deben ser a través de la violencia y la rechazamos como cualquier grupo humano, aunque somos una comunidad que ha sido violentada. A través del lema ‘Somos Ecuador’ queremos decir que somos ciudadanos y que buscamos los mismos derechos que otras personas. Creemos que el Gobierno tiene mucho que hacer por la comunidad, aunque es verdad que tenemos grandes avances en legislación, pero falta mucho por hacer”, sostuvo.
Carolina es lesbiana y junto a sus amigas decidió participar en la marcha. “Necesitamos políticas que defiendan y respeten nuestros derechos en el ámbito educativo, laborar y en salud, pues la discriminación y la homofobia es una realidad en nuestro país y esta marcha es para evidenciar que todos somos iguales. Es importante que las autoridades y el Gobierno generen políticas públicas que protejan a la comunidad GLBTI”, dijo.