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La confección de alfombras vive en Alfredo Allauca
A paso lento, Luis Alfredo Allauca, de 60 años, camina por los pasillos color crema de su vivienda. Cada rincón trae a su memoria recuerdos de su infancia.
De forma abrupta se para en uno de los escritorios de madera del recibidor y con ligereza toma una carpeta de cartón verde. Sus ojos se abren de emoción al sacar de ella una fotografía en la que muestra a su padre cuando confeccionaban alfombras.
Aunque la imagen está un poco borrosa debido al paso de los años y desgastada ante las veces que ha sido mostrada, prueba la perseverancia de un oficio que se inició en esta familia en 1939.
“Mi padre, Luis Segundo, con solo 13 años, ya aprendió a tejer alfombras con los maestros de aquellos años, pero él tenía mucha imaginación y era muy hábil, quería expandir sus diseños, por ello sus alfombras eran cotizadas”, contó Alfredo.
La vivienda de la familia Allauca-Allauca se ubica en la calle Los Tejedores, del cantón Guano, provincia de Chimborazo. El nombre de la avenida pretende resaltar la labor que ejercen los artesanos de esta localidad.
Muchas cosas han cambiado en la casa, como la puerta que antes era de madera y ahora es enrollable, pero el oficio que nació en el lugar sigue vivo.
La tarea destaca la habilidad de los artesanos debido a que todo lo hacen a mano y utilizan telares verticales rústicos que pueden abarcar hasta tres metros de largo por dos de ancho o los más pequeños de hasta un metro.
En 1950 esta labor fue muy reconocida, no solo por los nacionales sino por extranjeros que arribaban hasta Guano en busca de una alfombra con diseños exclusivos.
Las alfombras de los Allauca ocuparon puestos privilegiados, entre ellos la Casa Blanca en Washington, en la administración de Richard Nixon (1969 - 1974).
El boceto fue de Olga Fisch, una diseñadora húngara judía que llegó a Ecuador en 1939 y era reconocida como la matrona de las artesanías. La alfombra tenía un diseño indio de jíbaro del este de la selva tropical de los Andes.
“Esa alfombra tenía más de 90 metros, recuerdo que mi papá se pasó meses tejiéndola a mano en lana de oveja; mi padre trabajaba mucho con los diseños de ella y los sacaba a la perfección. Entre los dos lograron alfombras hermosas y únicas”, recalcó Alfredo.
Otro mercado era Alemania del Este, lugar al que llegaron 1.200 metros cuadrados de alfombras; en Ecuador los sitios de mayor venta eran las ferias. Una de ellas se realizó en Durán, en 1970; duró una semana.
Los Allauca llegaron hasta el sitio con 600 metros cuadrados, pero a mitad del evento se les terminó el producto, por lo que tuvieron que realizar dos viajes para abastecerse.
Al rememorar los días de apogeo en los que su padre era reconocido y sus alfombras se veían en cada ciudad del país, Alfredo siente nostalgia. El último contrato de magnitud que tuvieron como familia fue en 2008.
El entonces presidente de la República, Rafael Correa, adquirió 13 alfombras que fueron colocadas en el Palacio de Carondelet, en Quito.
Los Allauca contrataron a 12 personas y se demoraron alrededor de un año en culminar el trabajo.
Ahora el panorama cambió y las expectativas de que las artesanías se mantengan vigentes se pierden cada día, por lo que esta familia solicita más incentivos al artesano.
Según un estudio realizado por la Universidad de las Américas, el ingreso de alfombras sintéticas ha incidido considerablemente en el declive de las alfombras artesanales.
Entre algunos de los factores que señala el documento consta que las alfombras sintéticas, que en su mayoría vienen de China, son fáciles de lavar, resistentes a manchas, sus fibras son poco absorbentes de polvo y son más económicas.
En cambio, las de Guano tienen como materia prima la lana de oveja y al ser hechas de forma artesanal implica más labor, por consiguiente, son más caras. (I)
Talleres
Un antiguo oficio
Guano tiene 100 talleres que fabrican chompas de cuero, calentadores, chaquetas y pantalones. Su principal motor es el comercio. Las alfombras se tejen con herramientas rudimentarias sobre urdimbres de algodón.
40 mil nudos tienen en promedio las alfombras, pero pueden llegar a los 60 mil.
Dura competencia
Una alfombra de Guano de tres metros puede llegar a costar $ 1.200 y una sintética, traída desde China y con la misma medida, cuesta en promedio $ 30, informan los artesanos. (I)
Generación de artesanos se disipó con el tiempo
Rodeada de paisajes impresionantes y ubicada al pie de las faldas meridionales del Igualata (montaña que supera los 300 metros de altura) se encuentra Guano, una ciudad de gran actividad artesanal y un comercio activo.
Este cantón de verdes prados y vista inigualable tiene una población de 42.000 habitantes. Se ubica a 8 kilómetros de distancia del cantón Riobamba (la capital provincial), a 2.720 metros sobre el nivel del mar. Posee un clima templado que varía entre los 10 y 20 grados centígrados.
En la época de 1950, Guano registraba cerca de 30 artesanos dedicados exclusivamente a las alfombras, pero en la actualidad existen ocho. De hecho, los siete hijos que Segundo Luis Allauca tuvo siguieron de cerca sus pasos, pero solo dos de ellos continúan con la fabricación.
María Susana Allauca, una de sus hijas, aclaró que el oficio no se ha ido de su sangre, pero al ver que las alfombras ya no eran muy requeridas tuvo que buscar otras formas de subsistir.
La alfombras se confeccionan por metro cuadrado y usualmente tienen 40.000 nudos, pero las finas y especiales alcanzan los 62.500, incluso 70.000.
Una alfombra de tres metros puede costar $ 1.200 y una sintética de la misma medida $ 30. (I)