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En ecuador se analiza un impuesto especial a los alimentos considerados ‘nocivos’

La comida chatarra aumenta en 20% el riesgo de sufrir del corazón (Infografía)

La comida chatarra aumenta en 20% el riesgo de sufrir del corazón (Infografía)
03 de septiembre de 2014 - 00:00 - Redacción Sociedad

El olor de la fritura es inconfundible para Enrique Macías, de 23 años, quien se califica como un ‘cliente fiel’ de las carretillas de salchipapas, hamburguesas, ‘hot dogs’ o tacos. La mayonesa, salsa de tomate, mostaza o similares siempre están a disposición como ingredientes adicionales. La cercanía a su domicilio y el precio, que va desde $ 1,50, hacen más atractivos estos lugares para los jóvenes.

Reconoce que ingerir comida chatarra en exceso puede taponar sus arterias o que tanta azúcar de las bebidas gaseosas desarrolla diabetes. A pesar de ello, siente que ‘no hay mayor riesgo’ si come estos bocadillos solo los fines de semana. Lo cierto es que la comida chatarra es adictiva.

Un reciente estudio publicado en el sitio web Healthline afirma que la comida alta en carbohidratos o grasas podría lograr una adicción evitando cambiar ese mal hábito alimenticio. El informe australiano se efectuó en 2 grupos de roedores.

El primero tenía una dieta diversificada, mientras que el segundo comía solo galletas, pasteles y otros productos altos en carbohidratos y grasas. Los expertos se percataron de que las ratas que comían la comida chatarra perdieron su deseo de comer algo diferente. Esto podría ocurrir en los seres humanos.

Lo preocupante de la comida chatarra, a más de causar enfermedades crónicas como obesidad, diabetes o hipertensión, es el alto costo en servicios médicos. Gastos que en el caso de la salud pública debe solventar un gobierno (ver infografía). En febrero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los gobiernos adoptar medidas para combatir el consumo de comida rápida.

La advertencia surgió a partir de otro estudio, que examinó los efectos de la desregulación de la economía y el aumento de la comida rápida y la obesidad.

“Se sugiere que si los gobiernos toman medidas, ahora pueden prevenir el sobrepeso y la obesidad, los cuales tienen consecuencias graves para la salud a largo plazo, como diabetes, enfermedades cardíacas, derrame cerebral y cáncer”, señaló la OMS.

“La evidencia sobre la efectividad de los impuestos alimenticios en la salud surge de 3 fuentes: experimentos naturales, ensayos controlados sobre el cambio en los precios de los productos y modelos científicos”, dijo el profesor Oliver Mytton del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Oxford. Esta medida deberá combinarse con subsidios en los alimentos como frutas y verduras.

México, donde el 32% de los obesos son adultos, ya puso en práctica un impuesto que grava a las bebidas azucaradas y alimentos altamente calóricos. El tributo contempla pagar un peso por cada litro de refresco, mientras que por cada 100 gramos de los alimentos con alto contenido calórico se les impuso una tasa del 8%. En Hungría, Finlandia y Francia adoptaron medidas similares.

El Gobierno ecuatoriano también ha propuesto gravar la comida chatarra y destinar el dinero recaudado para tratar las enfermedades propias del sobrepeso.

¿Será el impuesto una medida para frenar el consumo de comida chatarra? El economista peruano Jurgen Schuldt, en su libro ‘La Civilización del desperdicio’ asegura que gravar la comida rápida es “factible y necesaria, es especial para los niños y jóvenes, quienes están bombardeados por la publicidad”.

“Habría que definir bien qué es comida chatarra y para eso están los médicos. También hasta qué punto uno puede consumirla”, dijo Schuldt al portal peruano Gestión.

¿Por qué es tan mortal?

La nutricionista Gloria Alovill, sostiene que ingerir papas fritas y otros productos que forman parte de los llamados snacks, son los más peligrosos “no solo por su alto contenido de sodio, sino por el tipo de grasa que se denomina trans”.

Este tipo de grasa -explica- viene del proceso que sufre el aceite cuando es sometido a altas temperaturas. Esta grasa se acumula en las venas y arterias produciendo arteriosclerosis o la hipercolesterolemia, que es igual a tener el colesterol elevado. Quienes consumen comida chatarra en exceso tienen 20% más riesgo de sufrir ataques cardiacos, según la OMS.

El cardiólogo Francisco Ochoa indica que cuando influyen otros factores como el sobrepeso, la diabetes y el tabaquismo, el paciente que ha consumido un exceso de comida chatarra puede llegar a sufrir un infarto. Por ello recomienda evitar las grasas saturadas y realizar actividad física, al menos una caminata de 20 minutos al día.

Para la nutricionista Allovil, los cambios de hábitos alimenticios no solo deben partir de la persona sino de la misma comunidad. Ella aprueba una legislación a la comida chatarra.

Añade que el problema de la obesidad ha aumentado en el país y ello se refleja en la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut). Este estudio reveló que 5’558.185 ecuatorianos, de entre 19 y 59 años, sufren de sobrepeso u obesidad.

Reemplazar las bebidas gaseosas por jugos de frutas naturales puede ser uno de los primeros pasos, según Allovil y enfatiza que se debe empezar desde la niñez con el ejemplo familiar. “Para una persona es difícil, pero si hay colaboración de la familia y de la escuela, no”.

Añade que la forma de preparar el alimento también influye en el grado de satisfacción. “Hay cadenas que ofrecen un sánduche de pollo que en vez de frito puede ser asado y en lugar de tener mayonesa tiene un aderezo bajo en grasa”, dice.

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