FIN DE AÑO
La cabeza de la Iglesia tocó 3 de los temas más sensibles para el catolicismo en 2014
Desde su elección como papa, en marzo de 2013, Francisco proclamó un mensaje de cambios en la Iglesia católica. Una institución, según sus propias palabras, que viene de una “práctica pastoral antigua, en la cual era el único referente de la cultura y sintió la responsabilidad de delinear y de imponer no solo las formas culturales, sino también los valores”.
Luego de 21 meses de su papado, el argentino Jorge Bergoglio, de 78 años, propone otros paradigmas para llegar a “verdadera transformación eclesial”.
Nada parece ser difícil: “Salir para escuchar, para bendecir, para caminar con la gente. Facilitar el encuentro con el Señor, hacer accesible el sacramento del bautismo, iglesias abiertas, secretarías con horarios para personas que trabajan y, catequesis adaptadas en los contenidos y en los horarios a la ciudad”.
En el camino de las reformas, Francisco ha sido enérgico con la curia. Por ejemplo, el pasado noviembre criticó los cobros de los sacramentos en las parroquias, como la primera comunión y el matrimonio.
“Hay 2 cosas que el pueblo de Dios no puede perdonar: un sacerdote apegado al dinero o un sacerdote que maltrata a la gente, y el escándalo, cuando el templo, la casa de Dios, se convierte en una casa de negocios”, dijo el Papa durante la homilía.
La respuesta llegó de inmediato de parte de los sacerdotes de las iglesias de diferentes partes del mundo. En Argentina, el obispo Froilán Casas señaló que a nivel de Diócesis no utilizan lo religioso para hacer mercantilismo y que aunque han querido tildar a los sacerdotes e iglesias de ricos, no lo son. Al contrario, ‘desnudó’ una difícil situación de la Iglesia católica, porque a diferencia de otras religiones no cobran el diezmo.
En Ecuador, el vocero de la Arquidiócesis de Guayaquil, padre César Piechestein, señaló que toda parroquia necesita financiarse para pagar los servicios básicos, tributos y otros gastos por lo que solo se pide un valor referencial, que si alguien no lo tiene, no se le niega el sacramento.
El papa Francisco considera que “falta mucho todavía” para reestructurar la iglesia y en una entrevista de 50 minutos, concedida al diario ‘La Nación’ de Argentina, no evadió las polémicas de su pontificado, como el diagnóstico del estado actual de la familia.
El Sínodo extraordinario de Obispos realizado en octubre de este año evidenció las divisiones sobre cómo debe enfrentar la Iglesia sus desafíos: el matrimonio entre parejas del mismo sexo, las familias diversas, el divorcio. El encuentro pasado expuso 38 interrogantes, entre estas, ¿cómo hacer más accesible y ágil los casos de nulidad matrimonial?, ¿cómo la comunidad cristiana dirige su atención pastoral a las familias que tienen en su seno alguna persona con tendencia homosexual? y discernir los elementos positivos y negativos de la vida de las personas casadas por lo civil.
Mientras que la curia plantea las respuestas que serán divulgadas en el sínodo oficial en 2015, Francisco ha dejado en claro que los divorciados vueltos a casar tendrán una puerta abierta, ya que aunque la iglesia diga que no, “están excomulgados de facto”.
Otro de los puntos polémicos que Francisco sí abordó fue la condena a curas acusados de pedofilia. En septiembre fue el propio Papa, quien a nombre del Vaticano, abrió un juicio penal contra su exnuncio en República Dominicana, Jozef Wesolowski, por pedofilia. Fue el primer caso de abuso sexual en ser juzgado por la Iglesia.
Esto demostró que las posturas contrarias no es algo que le preocupe a Bergoglio, quien recibió un papado en una época en la que esperaba retirarse y luego de un tiempo se dijo “Jorge no cambies, seguí siendo el mismo, porque cambiar a tu edad es hacer el ridículo”.