Milagro, Guayas.-

Con una población aproximada de 186 mil habitantes, el cantón Milagro (Guayas) cuenta con 34 Equipos de Atención Integral de Salud (EAIS), distribuidos en sus 9 unidades operativas. Ellos son los responsables de garantizar la atención integral de las familias mediante visitas domiciliarias programadas mensualmente, las mismas que forman parte de las actividades realizadas dentro del centro de salud.

El doctor Pedro Gómez es el encargado de coordinar el cronograma de trabajo del Equipo de Atención Integral de Salud (EAIS), el cual está integrado por un médico, una enfermera y un técnico de atención primaria de salud (TAPS).

Ellos se preparaban para realizar un recorrido por las comunidades del sector. Para facilitar el arduo trabajo, vestían ropa cómoda: jean azul, zapatos deportivos y llevaban en su espalda una enorme mochila tipo excursionista.  

“En esta mochila tenemos un tensiómetro, un estetoscopio, un tallímetro, un glucómetro, balanza portátil, GPS, cinta métrica, martillo de percusión, termómetro digital, recetarios, órdenes de exámenes, carpeta con fichas familiares, insumos y un equipo básico de sutura. Estos materiales pesan alrededor de 20 kilos, pero el diseño de la mochila permite que la carga se distribuya de tal forma que no causa ningún tipo de lesión”, explicó el médico.  

En cambio, la enfermera iba con su equipaje lleno de vacunas. “Es común encontrar en lugares apartados a niños que apenas cuentan con la inmunización que le aplicaron al nacer, por esta razón debemos llevar vacunas para completar el esquema”, mencionó la profesional.

Asimismo, está el TAPS, cuya labor se enfoca en realizar actividades de promoción de la salud, prevención de enfermedades, identificar riesgos potenciales y fortalecer la participación comunitaria en el sector visitado.

Entonces emprendieron la caminata y luego de casi una hora llegaron a un sector conocido como ‘Voluntad de Dios’, un sitio donde la mayoría de casas son de caña o madera. Al cruzar un puente que conecta la calle principal, visitaron la primera vivienda.

Con recelo una mujer de aproximadamente 60 años abrió su puerta y luego de explicarle el motivo de la visita y verificar que no presentaba problemas de salud, el equipo inició el registro de la ficha familiar que es un formulario donde se plasman los datos de la familia como complemento de la historia clínica.

Aquí se incluyen diagnósticos que han sido recibidos previamente mediante una valoración médica. Esta información permite clasificar los riesgos de la familia del sector donde viven.

La ficha también posibilita conocer el perfil epidemiológico de las comunidades para elaborar un plan estratégico de salud basado en sus realidades.

La noticia de que ‘los doctores’, como ellos los llaman, estaban en el barrio se corrió como pólvora. De las viviendas salían los vecinos para guiar a los profesionales del Ministerio de Salud Pública (MSP) hasta las personas que necesitaban algún tipo de atención.

Mientras los profesionales realizaban la respectiva atención en salud, Gómez explicó que cada centro de salud debe integrar un EAIS. El cantón Milagro cuenta actualmente con 30 equipos distribuidos en sus 9 unidades, aunque a futuro deberá completar 53 grupos.

Los lineamientos del Modelo de Atención Integral de Salud (MAIS) establecen que en el área urbana se designe un equipo por cada 4.000 habitantes; mientras que en el sector rural se distribuya por cada 1.500 a 2.500 habitantes.

Luego de un ligero y rápido almuerzo los profesionales de salud llegaron a la ciudadela San Emilio, un plan habitacional del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) donde el equipo identificó casos más complejos. Apareció un hombre de mediana edad, quien se presentó como Francisco León, miembro del Comité Local de Salud.

Los comités locales de salud están integrados por dirigentes barriales que constituyen el nexo entre los equipos de salud y los moradores de un sector.

Francisco guió al equipo médico a una vivienda donde estaba una anciana con una herida en la pierna causada por la mordedura de un perro. Luego de realizarle las respectivas curaciones, le entregaron la receta a un familiar para que retire gratuitamente las medicinas en el centro de salud. Asimismo se realizará una investigación sobre el canino para saber si existe riesgo de contagio de rabia.

Luego de terminar las visitas, los profesionales retornaron visiblemente cansados al centro de salud.

Mientras colocaban cada instrumento en su lugar, el doctor Gómez decía: “hay días como hoy en los que hace mucho calor y otros en los que la lluvia nos sorprende en la mitad del camino. Sin embargo, cumplimos con nuestra labor de atender gratuitamente a la gente más necesitada del país. Al final del día, cuando me saco el mandil y camino por las calles es común que alguien me sorprenda con un abrazo o un apretón de manos y me pregunte: ¿se acuerda doctor cuando estuvo en mi casa?”. (I)