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La academia es la primera opción de becarios
Agustín Calle, de 29 años, estudió en Australia dos años. En ese tiempo obtuvo una maestría en Evaluación de Reservorios Petroleros. Cuatro meses después de arribar a Ecuador inició su vida laboral como docente universitario a tiempo completo.
Agustín, quien cursó ingeniería en Minas en la Escuela Politécnica Nacional (EPN), se postuló para una beca de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), entidad que desde 2008 financia estudios de pregrado y posgrado.
Mientras revisa deberes de sus estudiantes recuerda que escogió una universidad en Europa porque allí están los mejores centros de educación superior en su área.
Antes de que el actual docente viajara firmó una cláusula de compensación, la cual estipula que todos los becarios se comprometen a devengar su beca trabajando en Ecuador el doble de años de la duración de su programa académico.
Los favorecidos pueden optar por instituciones públicas, privadas o proyectos independientes.
Según la Senescyt, los que regresan escogen la academia como su principal mercado laboral.
Para Alejandro Mendieta, consultor educativo, la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), aprobada en 2010, ha influido en ese aspecto.
La norma exige que todas las universidades cuenten con un porcentaje mínimo de profesores con cuarto nivel de formación.
En la actualidad, indica la Senescyt, trabaja en una oferta laboral para los becados. Los profesionales tienen tres meses desde que retornan al país para ejercer su profesión y ser retribuidos por eso. En el caso de no encontrar un trabajo se puede solicitar un diferimiento.
René Ramírez, titular de la Senescyt, informó que el porcentaje de becarios que optó por un diferimiento es del 1%.
Monitoreo de la institución
La Subsecretaría de Becas cuenta con una base de datos (carrera y especialidad) de todos los beneficiarios que han regresado al país y de los que aún siguen afuera.
Dicha información es entregada a las instituciones públicas y privadas para que estas, de acuerdo con sus necesidades, escojan los perfiles. Otra oportunidad de los becarios para vincularse al área laboral es la red Socio Empleo. Yolanda Albán, diseñadora gráfica de 33 años, accedió a un trabajo a través de ese medio.
Después de llegar de Argentina, donde obtuvo su título de pregrado, pasó seis meses sin trabajar hasta que logró vincularse en una empresa de publicidad.
El Ministerio de Trabajo expidió el Acuerdo No. MRL–2014–0188 que establece equivalencias de tiempo entre la formación en el extranjero y la experiencia laboral. Esto facilita el acceso de los becarios a las ofertas. En años anteriores los profesionales retornaban y no conseguían empleo por la falta de experiencia laboral.
Estrategias para insertarse
Rubén Idrobo también estudió en Europa. Lo hizo en la Universidad Autónoma de Barcelona (España). Allí cursó una maestría en Contenidos de Comunicación Audiovisual y Publicidad. Él se financió con un préstamo bancario.
En junio de 2016 se graduó, cinco días después regresó a Quito, su ciudad. El joven de 31 años, por el momento, no logra insertarse laboralmente. El banco le dio seis meses de gracia, después de su graduación, para empezar a pagar su deuda de $ 10.000.
Él se ha inscrito en portales web, donde se ofertan puestos para comunicadores, publicistas, fotógrafos y diseñadores. También aplicó en la red Socio Empleo. Gonzalo Iturralde, jefe de talento humano de una empresa pública, señala que una de las opciones para quienes estudiaron afuera es registrarse en las redes de empleo.
La idea es que los profesionales estructuren una hoja de vida llamativa y que sea actualizada constantemente. “Esto lo hará visible e interesante para los empleadores del sector público y privado”. Participar en los concursos de mérito y oposición para ser docente en una de las universidades del país es otra alternativa.
En el caso de Belén Oña, quien estudió en Uruguay con la ayuda económica de sus padres, la inserción laboral fue más rápida que la de sus colegas. Cinco meses antes de defender su tesis se contactó con sus compañeros de pregrado y les envió su hoja de vida. Un mes después de arribar a Ecuador se vinculó como diseñadora senior en una empresa publicitaria.
Actualmente está al frente de un grupo de colaboradores. La joven comenta que un título obtenido en el exterior atrae a los empleadores. Su compañera Liseth Acuña concuerda con ella. Ella cursó su maestría con el apoyo de la empresa en la que trabaja desde 2005. “Me gané una beca y solicité licencia de trabajo por un año. En buena hora me la dieron y al regresar me vinculé a la misma empresa”.
El conocimiento
La Senescyt impulsa el proyecto Banco de Ideas. Si un becario regresa con una propuesta innovadora y la presenta esta puede ser financiada sin reembolso. Gustavo Pillajo es uno de los beneficiados. Hace dos meses regresó de Holanda con una idea sobre juegos innovadores para niños. Él trabaja en su proyecto y subió su hoja de vida a los portales web.
El experto en Talento Humano indica que el primer reto es conseguir una entrevista de trabajo. “El 90% depende de cómo se desempeñe el profesional en la conversación con el empleador. El profesional debe estar convencido de lo que aprendió”. (I)