Jubilados asumen pago a docentes en CAM
A partir de las 07:30 los jubilados, que asisten al Centro del Adulto Mayor (CAM) Naciones Unidas, al norte de Quito, se unen a los distintos talleres: bailoterapia, tai chi, yoga, manualidades, panadería, entre otros.
Sin embargo, temen que estas actividades cesen porque sus instructores están impagos desde enero y las baterías sanitarias fueron robadas. “Alrededor de 4.000 personas venían y ahora son menos”, explica Jorge Mosquera de 76 años. Él y su esposa toman el bus en el Comité del Pueblo y asisten al establecimiento. “Me gustan los talleres, los jubilados somos una familia, incluso realizamos paseos”, apunta Mosquera.
El número de asistentes descendió considerablemente “porque ahora vienen menos instructores”, explica Carlos Criollo, presidente de uno de los grupos de jubilados de este CAM. “No nos cancelan desde el inicio del año, me deben cerca de 1.000 dólares y necesito que cumplan ese compromiso porque vivo de este trabajo”, manifiesta Galo Jiménez, instructor de gimnasia.
“En mis ocho años de trabajo aquí los pagos no eran regulares, pero en este 2013 ese incumplimiento se volvió crónico”, recuerda Jiménez, quien agrega: “la justificación del IESS es que los informes que entregamos de nuestro trabajo tienen errores”. Al concluir los talleres, los instructores deben elaborar un informe con detalles de la actividad que han impartido.
En consecuencia, “para no quedarnos sin actividades, todos los compañeros acordamos aportar 4 dólares mensuales para remunerar a los instructores”, explica Criollo, de 75 años.
Además, dice que “en junio salió la coordinadora del centro de recreación, no hay mantenimiento y robaron piezas de las baterías sanitarias”.
Al respecto, la doctora Jaqueline Recalde, representante de los instructores de Centros del Adulto Mayor de Pichincha, menciona que existen 84 instructores en la provincia.
Según ella, “la Dirección Nacional de Salud del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social dijo que arreglaría este problema, pero aún persiste”. Indicó que los centros ubicados en los sectores Benalcázar y El Valle también enfrentan estos inconvenientes, pero “allí los jubilados no tienen sede”.