Cada carrera cuesta entre 150 mil y 200 mil dólares
Jéssica se alista para estudiar en Holanda
Una sonrisa intenta disimular el nerviosismo que experimentan los 137 integrantes del Grupo de Alto Rendimiento (GAR), que cada vez están más cerca de emprender el viaje a otros continentes a cursar las carreras de pregrado soñadas.
Según la Senescyt, el 84% de estos ecuatorianos ingresa a las universidades de excelencia a nivel mundial, con lo que se supera ampliamente el 15% que a nivel internacional se registra en otros centros superiores. “Eso nos demuestra que estamos haciendo un buen trabajo y un excelente programa. Por algo quienes son parte del GAR son el 0,01% de estudiantes que dan el ENES (Examen Nacional de Educación Superior)”, comentó René Ramírez, secretario de la Senescyt.
Ser parte de ese mínimo porcentaje de ecuatorianos que tiene la posibilidad de salir becado a otros países llena de orgullo a Jéssica Herrera, de 19 años.
Ella esperó más de un año hasta recibir la confirmación de que está aceptada en la carrera de Economía y Negocios en la Universidad de Ámsterdam en Holanda.
Fue en abril de 2013 cuando sin pensarlo integró el GAR y desde ahí su vida cambió. Durante un semestre, como la mayoría de estudiantes que integran este grupo, recibió una nivelación especial en materias como inglés, matemáticas, química, lenguaje, así como una capacitación de un tercer idioma que en el caso de ella fue el alemán.
Sabe que su carrera será totalmente en inglés y está preparada para el desafío. Mientras cursaba los estudios secundarios en el colegio Fernández Madrid de Quito recibió clases de idioma en la ESPE (Escuela Politécnica del Ejército) por lo que no tiene temor.
“En la nivelación me hicieron un examen de inglés y resulté con un nivel intermedio, pero con la preparación adicional que tuve estoy mucho mejor en el idioma. Eso no me preocupa, sino el hecho de dejar mi familia”, contó la estudiante.
En la nivelación conoció a María Fernanda Tituaña, con quien hizo una gran amistad que se trasladará hasta suelo europeo, porque ‘Mafer’, como la llama, también consiguió un cupo en la U. de Ámsterdam, pero en Economía y Política.
“Viviremos juntas en la residencia de la universidad. Compartiremos el cuarto y eso será más llevadero para las 2 porque ninguna ha estado lejos de casa tanto tiempo. Ojalá no nos afecte”, dijo María Fernanda, quien se graduó en el colegio Santa María Eufrasia.
Por su parte Iván Mera, quien es padre de Belén, siente la misma nostalgia que su hija. Aunque es propietario de un negocio, confiesa que antes de la prueba que rindió Belén él pensó en enviarla a estudiar en otro país, pero la cantidad de recursos económicos que necesitaba le hizo desistir de su anhelo.
“Era mucho dinero, pero gracias a Dios mi hija destacó y es parte del GAR. Lo único que le costó aprobar fue el inglés, pero ya mejoró con los cursos que tuvo y logró la aceptación de la universidad”, dijo Mera.
Belén estudiará Arquitectura en la Universidad de Toronto, en Canadá, por 5 años.