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Invidentes desafiarán el invierno siberiano
Un grupo de siete personas con discapacidad visual y auditiva se enfrentará al invierno helado siberiano, en una travesía sobre esquíes a través del lago Baikal.
La expedición sin precedentes promueve un mensaje de esperanza y dignidad para las personas con discapacidad.
El impulsor de este Desafío Baikal es Gérard Muller (foto), un exfarmacéutico de 67 años de Estrasburgo, quien lucha desde hace una década por la inserción social de aquellos que han perdido la vista.
Afectado por una retinosis pigmentaria, una enfermedad de origen genético, Muller perdió la vista poco a poco a partir de los 20 años.
Los siete senderistas discapacitados, entre ellos dos mujeres, acompañados cada uno por un compañero vidente y con la capacidad auditiva normal, recorrerán del 24 de febrero al 4 de marzo un centenar de kilómetros a través de las aguas heladas del Baikal, calzando esquíes de travesía, con pieles de foca para protegerse del frío y cargando ‘pulkas’, una especie de trineo para transportar la comida.
Con una media de edad que se sitúa en la treintena (excepto Muller), los participantes discapacitados están afectados por enfermedades degenerativas que les han hecho perder el sentido de la vista. Tres de ellos, además, también son sordos.
“Esta nueva expedición tiene el mismo objetivo: hacer que los ciegos, y también los sordos, olviden la prisión de su discapacidad”, explicó Muller.
“Existe una vergüenza propia de la imagen que damos. Los ciegos y los sordos pierden la autoestima, sumidos en una oscuridad eterna y un silencio sedentario”, añade.
En 2011, Muller recorrió solo el Camino de Santiago, equipado con un prototipo de GPS vocal para ciegos y en 2008 participó en tándem en la ciclocaravana París-Pekín (12.000 km). También ha recorrido en bicicleta tramos en Brasil y Burkina Faso, acompañado por jóvenes ciegos.
Serge Picaud, director del Instituto de la Visión de París, un centro que lidera la investigación mundial sobre prótesis retinianas, forma parte del Desafío Baikal.
“El mensaje de esta expedición es positivo. Hace falta concienciar a los discapacitados visuales y auditivos que son capaces de llevar a cabo desafíos importantes. Pero este ‘trek’ al Baikal debe servir para sensibilizar al mundo”. (I)