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Ecuador, 06 de Febrero de 2025
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El Telégrafo

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Entrevista / maritza zambrano / Vicepresidenta de la Asociación de Trabajadoras Remuneradas del Hogar

"Insistimos en una vida digna para las trabajadoras"

Foto: William Orellana / El Telégrafo
Foto: William Orellana / El Telégrafo
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A los 19 años Maritza Zambrano ya tenía dos años de experiencia en el trabajo remunerado del hogar. Cuando aún no cumplía la mayoría de edad dejó su natal Montalvo, en la provincia de Los Ríos, para cuidar a dos niñas en Guayaquil.

De esa experiencia, Zambrano guarda buenos recuerdos. Su empleadora era una mujer considerada que la motivaba a seguir estudiando, aunque por problemas económicos no pudo culminar el bachillerato. Sin embargo, ella es consciente de que no todas sus compañeras han tenido la misma suerte.

En su cargo como vicepresidenta de la Asociación de Trabajadoras Remuneradas del Hogar ha escuchado varios casos de maltrato e injusticias de parte de los empleadores. Asegura que hay avances en torno a la problemática, pero todavía piden un trato humano con dignidad.

¿Cuáles son los problemas que siguen aquejando a las trabajadoras remuneradas del hogar?

Por ejemplo, la seguridad social. Las trabajadoras remuneradas del hogar también tienen derecho a la afiliación, pero todavía el empleador hace caso omiso. Cuando la trabajadora pide que la afilie, en algunos casos es despedida y por ende existe esa falta de compromiso de parte de los empleadores para que cumplan con los derechos de las compañeras.

¿Cuántas mujeres trabajadoras del hogar no han sido afiliadas al Seguro Social?

Sabemos que el 20% falta que se  afilie al Seguro Social y queremos hacer entender que el empleador nos necesita y nosotras necesitamos al empleador.

¿Qué postura tienen ustedes ante las trabajadoras remuneradas del hogar que evitan la afiliación para no perder el bono de desarrollo humano?

Estos casos son frecuentes. Los empleadores les dicen: tú no te puedes afiliar, porque si lo haces automáticamente pierdes el bono. A ellas les preguntamos qué es más beneficioso ¿tener un seguro social, una jubilación, atención médica y otros beneficios?

De esa forma tratamos de concientizarlas y logramos que unas cuantas piensen diferente, pero la difusión tiene que seguirse realizando. Hemos aportado con dípticos, con aporte del Ministerio de Trabajo y así puedan conocer que los beneficios son para ellas, porque algunas piensan que si se afilian las botan del trabajo.

¿Considera que aún son víctimas de violencia de parte de los empleadores?

Hemos tenido algunos casos de compañeras que han sido maltratadas. Por ejemplo, en 2013 una compañera tuvo un accidente laboral. Se cayó y varios meses no   pudo levantarse de la cama y el empleador no quiso saber nada y la despidió. A otra compañera la empleadora la maltrató y tenía hematomas en las piernas, luego la acusaron de robo y la botaron. Nosotras pusimos una denuncia, pero todavía no se ha resuelto.

En junio una compañera de Jipijapa  trabajó en La Puntilla y la hicieron dormir en el patio, con el perro, y llorando contó lo que sucedía.

Estos casos se siguen presentando porque existe violencia verbal, física y económica y nosotras insistimos en que haya una vida digna para las trabajadoras remuneradas del hogar, como ocurre con los otros trabajadores.

¿Qué acciones han puesto en marcha para luchar contra esos atropellos?

En las mesas de diálogo con el Ministerio de Trabajo se ha pedido crear una línea gratuita para que las compañeras puedan denunciar los casos, porque conocemos, por ejemplo, que cuando hacen las inspecciones, los empleadores les piden que se hagan pasar por familiares. También trabajamos en la implementación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que Ecuador ya ratificó y en donde aún falta por cumplir el tema de la sindicalización.

¿Por qué la necesidad de crear un sindicato?

Porque se abren muchas puertas, principalmente para la negociación colectiva pero están plasmadas leyes candado para que no podamos ser sindicato, porque no pertecemos a un solo empleador y eso es imposible, porque si queremos hacer una reunión tripartita no podemos reunirnos con todos los empleadores, pero el Convenio 189 establece que nosotras tenemos el derecho y la libertad de ser un sindicato y las leyes del país no nos permiten.

Otra de las acciones emprendidas por ustedes apunta a la profesionalización, ¿de qué manera trabajan en este tema?

Con el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap) se dictaron cursos para profesionalizar a las compañeras, pero además se dan cursos permanentes no solo en tareas del hogar, sino también en otras actividades para que el día de mañana puedan desempeñarse en otras actividades, como enfermería o un negocio propio.

Mantuvimos conversaciones con el Ministerio de Educación porque nos informaron que el próximo año se habilitará la educación virtual en donde las compañeras, y me incluyo, podrían terminar los estudios por medio de esta modalidad, con esto hacemos un llamado a las instituciones para que donen computadoras que serán instaladas en la sede y poder terminar la carrera.

Además, esperamos que se concrete la creación de una agencia de colocación y empleo, manejada por la asociación, en donde las compañeras serán capacitadas y profesionalizadas. (I)

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