Aunque ningún instituto de nivelación en idiomas, de los que existen en el país necesita un registro o aval del Ministerio de Educación para su funcionamiento, niños, jóvenes y adultos recurren a ellos para buscar una mejora en el aprendizaje de una segunda lengua. El único aval es el certificado de suficiencia reconocido internacionalmente.

A lo largo del país hay una gran variedad de institutos y centros de enseñanza bilingüe que ofertan sus servicios de capacitación a todas las edades y en distintos horarios.

El valor mínimo a cancelar mensualmente está entre los $ 60 y $ 120 por 4 horas de clases grupales a la semana e incluye el material que generalmente es un libro de texto y su cuaderno de ejercicios.

Cuando se trata de enseñanza ‘one to one’ o personalizada, los montos prácticamente se duplican. En esos casos, el costo de la hora está estimado en $ 15.

Precisamente esos costos son el primer freno para que los padres mediten sobre el acceso o no a esos cursos. A ello se suma el poco tiempo que tienen para trasladar a sus hijos hacia el centro de nivelación.

Los padres se ven obligados a inscribir a sus hijos en institutos, ya que en los colegios o escuelas el nivel de inglés es muy bajo. “A mí me preocupa que mis pequeños reciban un nivel muy bajo de inglés en sus escuelas fiscales porque sé lo importante que es hoy este idioma para todo, pero no tengo más recursos económicos para poder inscribirlos en un curso particular. Ojalá pronto la enseñanza sea obligatoria desde el primer año de educación básica en las instituciones públicas”, comentó Patricia Loachamín, cuyos hijos estudian en la escuela fiscal Unión Nacional de Educadores de Quito.

En la actual malla curricular del Ministerio de Educación, la enseñanza de un idioma extranjero hasta séptimo de básica no es obligatoria; solo lo es a partir del octavo, pero las autoridades de educación manifestaron que hasta 2017 la cátedra de idioma extranjero integrará la malla curricular en todas las instituciones desde el segundo año de básica.

La tardanza en la obligatoriedad del aprendizaje de la segunda lengua, según maestros consultados, genera un desbalance entre estudiantes de educación pública y algunos de enseñanza particular, en la que como mínimo existen 5 horas del idioma a la semana y más aún con las instituciones bilingües, en las que la mitad de las materias se dicta en la segunda lengua.

“Es evidente la diferencia que existe entre los estudiantes de una institución y otra. Se nota incluso en el nivel de pronunciamiento que tienen. El Ministerio capacita, pero solo a los profesores con partida, los de contrato no tenemos ayuda”, comentó Paola Carrillo (nombre protegido), maestra de inglés en una institución fiscal de la capital.

Temprano es mejor

Varias investigaciones desarrolladas a nivel mundial demuestran que es mejor el aprendizaje de un segundo idioma en la primera infancia, puesto que ello ayuda a un mejor desarrollo cerebral.

“Hablar un segundo idioma ayudará a programar los circuitos cerebrales para que le sea más fácil aprender nuevos dialectos en un futuro”, señala el artículo Ventajas del bilingüismo en la infancia de guía infantil.com.

La directora académica del instituto EF de Quito, la norteamericana Julia Sivon, cree que es mejor la enseñanza del inglés en los niños desde los 6 años porque a esa edad están dispuestos a receptar con mayor facilidad toda la información que se les da; mientras que en los jóvenes y adultos hay distracciones mayores. “Los pequeños no tienen inquietudes que distraigan o perturben su cabeza. Están solo interesados en el juego, en los elementos visuales y es de esa forma en la que se les enseña para que ellos aprendan. Lo hacen con relativa facilidad”.