Indignación en Sudáfrica tras la liberación de un traficante de rinocerontes
Los defensores de la fauna salvaje expresaron su indignación en Sudáfrica tras la liberación de un traficante tailandés de cuernos de rinoceronte, que solo cumplió seis de los 40 años de su pena de prisión inicial.
Chumlong Lemtongthai, que se benefició de una medida de libertad condicional en Pretoria la semana pasada, volvió inmediatamente a Bangkok, según una fuente gubernamental sudafricana.
Durante su juicio en 2012, reconoció haber obtenido permisos de caza de forma fraudulenta. Luego pagó a cómplices, entre varias prostitutas, para obtener el derecho a exportar como "trofeos" 26 cuernos de rinoceronte. Luego los vendió en el mercado negro de Asia, donde un kilo se paga hasta 55.000 euros.
Los defensores de los animales, que habían celebrado la condena a 40 de cárcel impuesta a Chumlong Lemtonghai, se indignaron con la noticia de su liberación.
Es "una vergüenza absoluta", dijo Audrey Delsink, directora de la oenegé Humane Society International. "Esto envía el mensaje de que los cazadores furtivos relacionados con redes de traficantes son tratados con indulgencia".
"Lemtongthai estuvo personalmente implicado en la masacre ilegal de 26 rinocerontes y ordenó la muerte de al menos 50 animales", precisó.
Para el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las autoridades deben procurar que "las acciones judiciales lleguen a buen puerto y que los responsables cumplan condenas apropiadas".
La administración penitenciaria se defendió de las acusaciones asegurando que solo había cumplido la ley, y que la comisión de las liberaciones condicionales había decidido que Lemtongthai podía salir de prisión.
La justicia había reducido la condena del traficante en apelación en 2013 y en 2014.
Aunque los cuernos de rinocerontes se componen de keratina, la misma materia que las uñas humanas, la medicina tradicional asiática le atribuye todo tipo de virtudes curativas. La demanda se disparó en los últimos años, provocando la creación de redes de caza furtiva y de tráfico desde África.
En Sudáfrica, que alberga la mayor población africana de rinocerontes, el número de ejemplares muertos a manos del hombre pasó de 13 en 2007 a más de 1.000 al año en el último lustro. (I)