Publicidad
Índices de muertes neonatales preocupan a América Latina
En América Latina y el Caribe el 52% de muertes de niños y niñas menores de cinco años sucede en los primeros 28 días, y en 2016 casi 100.000 bebés fallecieron antes de cumplir el primer mes de vida, según un estudio global del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Las cifras forman parte del informe ‘Cada vida cuenta: La urgente necesidad de poner fin a las muertes de los recién nacidos’, que Unicef presentará este mes y a través del cual el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace un llamado a los gobiernos y sectores involucrados a impulsar medidas “para mantener con vida a todos los menores”.
El documento destaca que los fallecimientos de este segmento son elevados, sobre todo en los países pobres.
La desigualdad pone en riesgo la vida del grupo en la región. Haití aparece como la nación con la tasa más alta (una muerte por cada 41 recién nacidos), seguido de Dominica (1 de cada 42), Guyana (1 de cada 50) y Bolivia (1 de cada 53).
En las antípodas, Cuba es el país con la cantidad más baja (una muerte por cada 417 recién nacidos), seguido de Antigua y Barbuda (1 de cada 264), Uruguay (1 de cada 200), Chile (1 de cada 186) y Costa Rica (1 de cada 176).
La mayoría de las diferencias en cuanto a mortalidad neonatal en América Latina y el Caribe se relaciona con la riqueza y educación de la madre, por lo cual Unicef considera necesario aumentar el acceso a los servicios de salud y la calidad de la atención médica para mejorar las tasas de supervivencia.
La directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Cristina Perceval, expresó que “ayudar a que los niños sobrevivan y prosperen implica mejorar los factores socioeconómicos asociados a la mortalidad”.
Perceval afirmó que “el hecho de que las muertes neonatales, la mayoría, son evitables es inaceptable y debe motivarnos a tomar acciones inmediatas”.
Estos casos pueden prevenirse con una atención médica de calidad en el embarazo, el parto y el puerperio.
“Para mejorar la sobrevivencia neonatal debemos incrementar el acceso a los servicios de salud y la calidad de la atención médica”, remarcó Perceval, según un comunicado de la oficina regional de Unicef en Panamá.
Los factores
Las principales causas de muerte neonatal en la región, además de malformaciones congénitas, son las complicaciones por prematuridad o durante el parto, y las infecciones (sepsis, meningitis y neumonía), según Lara Brumana, asesora regional de Salud de la entidad.
El informe ‘Cada vida cuenta’ señala que se necesita acceso equitativo a las intervenciones, que incluyan atención para los recién nacidos de bajo peso y enfermos.
Cuestiona que los estudios sobre las intervenciones en la región han tendido a centrarse en su costo-efectividad, disponibilidad y potencial para su utilización futura, “pero no mencionan las desigualdades en la disponibilidad, el acceso o los resultados entre las poblaciones vulnerables”.
Destaca en razón de ello que las poblaciones indígenas y afrodescendientes tienen tasas de mortalidad neonatal más altas que otros grupos de población por los niveles de pobreza, la utilización menos frecuente de los servicios de atención prenatal y la lejanía geográfica de estas minorías étnicas. Este mes, Unicef presentará ‘Cada vida cuenta’, una campaña mundial para exigir y brindar soluciones en nombre de los recién nacidos del mundo.
Perceval señala que con esta campaña “hacemos un llamado a los ministros de Salud y a los líderes nacionales a que tomen acciones urgentes para asegurar que el sistema de salud de cada país goza de los recursos, los equipos y el personal cualificado que se necesitan para que cada niño y cada niña tengan un nacimiento seguro”. (I)