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Índice de tabaquismo cayó al mínimo en Inglaterra
El índice de tabaquismo en Inglaterra cayó a su mínimo histórico, un récord logrado con la llegada de los cigarrillos electrónicos y con los tratamientos alternativos para dejar de fumar, de acuerdo con Salud Pública (PHE).
La entidad destacó que, en 2015, 16,9% de los adultos en el país declaró que era fumador; mientras que en 2012, el 19,3%.
En Escocia, el 20% de la población consume tabaco; en Gales, el 19%; y en Irlanda del Norte, el 18%.
Los expertos sanitarios sostienen que la caída en el índice de tabaquismo en Inglaterra se debe en gran parte a la disponibilidad de los cigarrillos electrónicos.
Más de un millón de personas utilizan dichos vaporizadores en Inglaterra para dejar de fumar, en tanto que 700.000 adquirieron otros productos (parches o chicles de nicotina).
El PHE (Public Health England) destacó que de los 2,5 millones de fumadores que tratan de eliminar el hábito, el 20% tuvo éxito.
Se trata del índice más elevado de personas que lo dejan, ya que hace solo 6 años ese nivel de éxito era de 1 en 7.
La mayor reducción en casos de tabaquismo durante los últimos cuatro años se dio en el sudoeste de Inglaterra (de 18,7% a 15,5%), en el noreste del país (de 22% a 18,7%) y en los condados de Yorkshire y Humber (de 21,9% a 18,6%).
Al mismo tiempo, las prescripciones médicas para parches y chicles de nicotina bajaron, en tanto que la venta de los cigarrillos electrónicos aumentó.
El PHE indicó que a pesar de la baja en el índice de tabaquismo, aún existen diferencias entre el norte pobre (con mayor índice de consumidores) y el sur rico, donde los niveles cayeron significativamente en los últimos años.
La localidad trabajadora y de clase baja fue la que registró la tendencia más alta, ya que 27 de cada 100 adultos fuman.
Por el contrario, en Wokingham, una región rica ubicada en las cercanías del Castillo de Windsor, cuenta con el nivel más bajo. Allí uno de cada 10 fuma. En total los índices fueron mayores en hombres (19,1%), que en mujeres (14,9%).
El PHE informó que en 2014 el número de prescripciones médicas a personas que querían dejar de fumar fue de 1,3 millones (2 millones hubo hace una década).
Los profesionales de la salud sostienen que la forma efectiva es a través de prescripciones médicas y apoyo de expertos sanitarios.
Rosanna O’Connor, directora del área de lucha contra las drogas, el alcohol y tabaco del PHE, afirmó que la reducción del tabaquismo “no es resultado de una fórmula mágica, sino de políticas coordinadas durante décadas”.
En ese sentido, la subconsejera médica del Gobierno, la doctora Gina Radford, resaltó que lo mejor que puede hacer un fumador “es dejar de consumir ya”. “Hay más ayuda y servicios que antes para asistir a los que quieren dejar ese hábito insalubre”.
El PHE dio a conocer las estadísticas oficiales antes del lanzamiento de una nueva campaña antitabaco, titulada ‘Stoprober’, que incentiva a dejar de fumar para octubre.
Los médicos sostienen que abandonar el tabaco durante al menos 28 días incrementa significativamente las chances de que una persona lo deje para siempre.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cigarrillo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo, ya que mata a la mitad de sus consumidores en todo el globo.
La OMS estima que el tabaquismo es responsable de la muerte de 6 millones de personas al año: consumidores directos y no fumadores expuestos al humo ajeno.
La entidad sanitaria destaca que casi el 80% de los más de 1.000 millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios, donde es mayor la carga de morbilidad y mortalidad asociada al hábito. “Los consumidores de tabaco que mueren prematuramente privan a sus familias de ingresos, aumentan el costo de la atención sanitaria y dificultan el desarrollo económico”.
También aclaró que la prohibición de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco puede reducir la compra, en algunos países hasta en 16%.
Solo 29 naciones, que representan el 12% de la población mundial, han prohibido completamente todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.
Sin embargo, uno de cada tres países, aproximadamente, carece de restricciones. (I)