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El Telégrafo
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Tres cóndores nacidos bajo cuidado humano ya son libres

Tres cóndores nacidos bajo cuidado humano ya son libres
Foto: Carina Acosta / EL TELÉGRAFO
25 de noviembre de 2016 - 18:00 - Redaccion Sociedad

La expectativa fue grande. En los páramos de Zuleta (Ibarra), a 3.900 metros de altura, Huayra, Killary y Churi, tres cóndores nacidos bajo cuidado humano, fueron liberados. La tarde de este viernes, 25 de noviembre, Juan Manuel Carrión y otros expertos de Grupo Cóndor fueron los encargados de abrir la puerta de una amplia jaula en la que permanecían las tres aves.

A pesar de ya no tener ningún impedimento para volar libres, los cóndores no optaron por hacerlo. Los ejemplares salieron de su encierro, caminaron hasta las rocas de la zona e incluso se posaron sobre el techo del lugar en el que permanecieron desde el último miércoles, pero hasta las 16:00 de hoy las aves no abrieron sus alas para volar.

Carrión explicó que los ejemplares nunca han volado, y que -quizás- hoy no lo hagan, pues a partir de las 17:00 las aves en su estado natural llegan a sus dormideros para descansar.

Antes de la liberación, el yachay Maximiliano Sánchez dirigió una ceremonia ancestral en la que participó la comunidad de Zuleta. "El rey de los Andes pertenece al cielo, y al cielo volverá", dijo el sabio. Sobre la tierra se colocó una pluma de cada uno de los cóndores, Sánchez las bendijo y luego hizo lo mismo con los integrantes del Grupo Cóndor encargados de la liberación.

Carrión indicó que Huayra, a sus 6 años, llegó al límite de edad para ser liberado, por esta razón urgía su reintroducción.

Al momento surcan los cielos ecuatorianos 11 de los 12 cóndores marcados, pues el primero de este grupo, “Felipe”, fue asesinado por un cazador furtivo, lo cual generó una reacción colectiva de indignación a nivel nacional. En 2015 un censo permitió establecer en apenas existen 100 de estas aves en estado silvestre.

Huyara y Killary son hermanos, nacieron en el Zoológico de Guayllabamba. Churi nació en Zuleta. Los programas de reproducción de cóndores andinos bajo cuidado humano arrancaron en el Zoológico de Quito, en Guayllabamba, en donde la pareja en exhibición al público, conformada por “Auki” (macho) y “Kawsay” (hembra) han producido descendencia en seis ocasiones. Las cuatro primeras crías que esta pareja produjo fueron enviadas a otros centros de manejo de cóndores andinos del país, para conformar, en base a exámenes genéticos que se realizaron a toda la población ex situ, potenciales parejas reproductivas.

Ximena Pazmiño, directora de la Fundación Galo Plaza Lasso, indicó que para la liberación de cóndores nacidos bajo cuidado humano es importante contar con un grupo de al menos tres individuos. Explicó que entre ellos pueden apoyarse mutuamente cuando les toque enfrentar el difícil reto de explorar el medio en el que se los introdujo. "Nos da mucha tranquilidad y esperanza el hecho de liberarlos en los páramos de la comuna Zuleta, pues conocemos del compromiso que esa comunidad tiene hacia el cuidado ambiental de sus páramos que son fuente de agua y también hogar del Cóndor Andino".

Por su parte, Amable Chachalo, presidente de la comuna de Zuleta, ratificó el compromiso de su poblado. El dirigente indicó que se ha acondicionado la casa comunal para que los investigadores de campo monitorearan los movimientos de los reyes del cielo. Desde hoy, hasta febrero de 2017 un grupo de voluntarios dirigidos por Max Araujo, técnico de la Fundación Zoológica del Ecuador permanecerá en la casa comunal para vigilar la introducción a la naturaleza de las aves.

Araujo agregó que la liberación de los tres cóndores no es el final de un proceso, sino más bien el inicio de una nueva etapa, que despierta muchas expectativas y algunas incertidumbres, pues no podemos anticipar ni controlar cómo será la respuesta de estos animales a las difíciles condiciones que les tocará enfrentar al vivir por su cuenta, ya no bajo cuidado humano, en la naturaleza. "Confiamos en su poder de adaptación, pero también estaremos alerta para intervenir en caso de que requieran nuestra ayuda, por eso los soltamos con bandas alares y rastreadores satelitales que nos permitan saber siempre en donde y en qué condiciones están".

Carrión agregó que se ha realizado un gran esfuerzo para financiar el proceso, cuyos costos suman varios miles de dólares. "Todo esto se hace con el fin de tender una mano amiga al ave que es símbolo heráldico de nuestro país y para que las futuras generaciones la conozcan y no se convierta en un símbolo únicamente conservado en nuestro escudo nacional”. (I)

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