Helados de paila, una deliciosa tradición ecuatoriana
Los helados de paila se han convertido en una exquisita tradición ecuatoriana, que data desde 1896 con Rosalía Suárez, creadora de estos sabores que envuelven la historia y el paladar del país suramericano.
Con los más disímiles sabores, la heladería que lleva precisamente por nombre el de “Rosalía Suárez” da la bienvenida a los clientes ávidos de degustar los “manjares” naturales de esta ciudad andina de Ibarra (norte).
Diversos sabores
Leche, guanábana, chocolate, fresa o mora, entre otros, son los sabores que pueden probar los visitantes en la esquina de la calle Oviedo y Olmedo, en el centro de la capital de la provincia de Imbabura.
Mónica Suárez, bisnieta de Rosalía, confesó que esta es una tradición que ha sido enseñada desde su bisabuela a todos quienes componen la familia, aunque cada quien tiene su profesión, como ella que es odontóloga.
La preparación de los helados se inicia con la colocación de una batea (bandeja) de fibra de vidrio, que reemplazó a las de madera usadas inicialmente. Luego se coloca paja para evitar que el hielo se derrita rápidamente y encima se pone la paila, que debe de ser preparada y virgen, es decir no haber sido usada para cocinar o freír alimentos.
La iniciación de la paila será con tres días de hervor, luego un lavado con polvo de ceniza y naranja agria.
Sobre la paila se coloca un litro de jugo por parada y se empieza con el proceso de batido hasta que tome la consistencia deseada y según la fruta que se va a procesar.
En principio el hielo era traído del volcán inactivo Imbabura, sin embargo, con el paso del tiempo se empezó a adquirir de las fábricas, sin que esto haga que se pierda la calidad y el sabor de los tradicionales helados, uno de los atractivos de la ciudad.
Un helado orgánico
De acuerdo con Mónica, el secreto del éxito de la heladería es la fruta. “El helado es completamente orgánico no incluye colorantes ni preservantes”, dijo la administradora del local ubicado en el centro de Ibarra.
Además de los tradicionales productos, también se ofrecen aquí otros manjares como la Copa Rosalía, que incluye todos los sabores mencionados, y también helados dietéticos para personas con diabetes.
En el cierre de la charla con esta agencia de noticias, Mónica sostuvo que “lo importante es mantener la calidad, el sabor, la atención y hacerlo con mucho amor. Eso es fundamental para atraer al cliente, para que se sienta gustoso, porque son multiplicadores de nuestra heladería”.
“Si vienen a Ibarra no pueden irse sin probar los tradicionales helados de Rosalía Suárez”, aseveró.
En las afueras del local es muy común ver largas filas en donde personas aguardan su turno para comprar. (I)