Entrevista / rodolfo rozengart / profesor de educación física en argentina
"Hay que encariñar a niños a la vida activa"
Juntar diversión, actividad física y nutrición es uno de los nuevos desafíos que los docentes de cultura física esperan lograr mientras imparten su materia en las instituciones educativas del país. Aprendieron también que ese espacio es el ideal para que los jóvenes y niños durante toda su vida estén activos.
Al respecto, el experto argentino Rodolfo Rozengart, uno de los expositores en el taller Formación 3 organizado por el Ministerio de Educación, conversó con diario EL TELÉGRAFO.
¿Qué debemos entender hoy por cultura física?
Es un instrumento muy poderoso para encariñar a los niños a la vida activa, porque tiene esta posibilidad de instrumentar los juegos en su mayor expresión para dejar fuertes a muchos chicos, pero puede ser selectiva o excluyente cuando se quiere potenciar la competencia. Podríamos decir que es el área del conocimiento que sistematiza la cultura del movimiento y trata de que los niños y jóvenes se apropien de esta cultura de forma activa, crítica e inteligente.
¿El avance de la tecnología le está ganando a la actividad física?
En un punto sí, porque tiene cosas buenas, pero también muchas cosas negativas, hasta malas. En relación con el movimiento del cuerpo, tiene efectos que sedentarizan, dejan a la persona quieta ya que la mayor parte de la tecnología está asociada a la idea de un sujeto que debe estar quieto para operarla. Si la tecnología lograra desarrollar líneas que tal vez generen otra relación con el sujeto que se tenga que mover, ahí la tecnología no sería un enemigo sino un aliado, y por otro lado hay que ver cómo aprovechamos los instrumentos de la tecnología que nos permitan crear otras actitudes.
¿Es la clase de educación física un espacio para abordar también aspectos de nutrición?
Creo que es el mejor escenario para hacerlo, porque se puede combinar bien estos 2 aspectos que influyen en las actuales enfermedades de la población a nivel mundial. Además las edades que manejamos de niños y adolescentes son las propicias para sembrar esos buenos hábitos y que se puedan mantener en el futuro para frenar el sedentarismo y todos los problemas de salud.
¿Debe existir profesor para hombres y profesora de mujeres?
Para mí la mejor propuesta es la coeducación, hacer que trabajen juntos sin distinción, porque no se puede hacer una distinción de chicos y chicas, pues eso deja de lado a quienes no se definen. Hay cuestiones que desde el punto de vista ético hay que pensarlo si uno se pone en lugar del otro y qué pasa con los que no tienen definición sexual o que la tienen y no encaja en ninguna de las 2 tradicionales.
¿Considera que la educación física es un espacio ideal de inclusión?
Creo que en los últimos tiempos se están haciendo experiencias de inclusión, de adaptación de contenido. Hay muchos profesores que están trabajando muy bien dándoles lugar a personas con características diferentes; el ideal es llegar a que algún día logremos que todo sea suficientemente adaptado para que cualquier persona con distinta capacidad pueda hacer actividad.
¿Por qué hoy se exige más al profesional de cultura física?
Antes no se valoraba mucho su experticia, no se identificaba un conocimiento que debía tener, parecía una cosa fácil y no lo es porque se requiere conocimiento, hay que formarse y pensar en el otro en las posibilidades y necesidades que el estudiante tiene.
¿El profesor debe enseñar con el ejemplo y hacer el ejercicio junto con los alumnos?
Sería muy bueno que los profesores hagan actividad, no digo a la par de los alumnos, pero que disfruten y sean disciplinados. Hay muchas cosas en la vida que van pasando, que te hacen estar más quieto.
Considero que el placer por la actividad debería ser no un requisito indispensable, pero sí un mandato ético de cualquier profesor.
¿Cuán gratificante es ser docente de educación física?
Eso va según los gustos de cada uno, pero para quienes disfrutamos esta actividad nos parece la mejor de todas; pero en general, los profesores debemos aprovechar la ocasión de formar a niños y jóvenes. (I)